19.9.05

Desmemoriarse no es grave, pero sí algo incómodo. Bueno, un poco grave sí que es. Pero digamos que hay cosas peores, como que te amputen una pierna o quedarte ciego. La amnesia a mi no me sienta mal, por que la mía no es como la de los demás, la mía es premeditada y auto-inflingida. No recuerdo el nombre de antiguos compañeros de piso, ni la calle en la que vivía mi ex, ni cuántos años hace de esto y aquello y lo otro y lo de más allá.
Mi familia lo lleva bien. A ellos les importa poco porque son del tipo firme. Mi gato lo lleva peor, porque he olvidado la dirección del veterinario, y a veces no me acuerdo de cepillarlo. Aunque si lo pienso, eso no es amnesia, sólo descuido. Me llaman mucho, gente que dice que me conoce, pero a la que yo no recuerdo. A veces sé quién son, pero hago como que no. No sé muy bien por qué.
A ratos está bien. Ahora leo mucho más que antes. Tengo muchos libros en casa y nunca me canso de leerlos. Estan llenos de notas muy eruditas y curiosas que creo que escribí yo, parece mi letra pero no estoy segura porque siempre se me olvida como es y algunos libros son demasiado viejos para haber sido siempre míos.
Mi amnesia es selectiva, dice mi médico de cabecera. Mi amnesia es el resultado de un trauma, dice mi psicoanalista. Mi amnesia es mía, digo yo.