29.5.09

tira-li




la pg-5 és molt mona, però la pg-11 té un punt especial, que m'agrada molt també...

25.5.09

publicado en QuéLeer en Mayo 2009

Una bendición
Toni Morrison
Leer a Toni Morrison tiene mucho en común con la gimnasia. Su prosa no es accesible a los lectores perezosos, ni mucho menos a los patosos. De hecho, sus libros suponen un esfuerzo casi físico al común de los lectores. Nada es accesible a primera vista. Los artefactos con los que elabora su trabajo son complejos, a menudo parecidos a instrumentos de tortura. Su prosa es densa y requiere calentamiento previo si no se quiere sufrir flato lingüístico. Su obra es el equivalente literario a una tabla de ejercicios emotivos que, bien desarrollados, consiguen penetrar en el tejido muscular, superar los obstáculos y alcanzar la espina dorsal no para erizarla, como diría Nabokov, si no para recolocarla con la maña de un buen osteopata.

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publicado en Go en Mayo 2009

The Decemberists ''The hazards of love"

¿Qué hay de malo en escribir una ópera rock? Bueno, pues, de entrada, así en frío… todo. Nada resulta más desagradable al oído ni más angustioso para el fan que ver como su grupo favorito se despeña por la ladera de lo épico sin pistón que le pare el golpe. Si piensan en musicales, respondan, ¿qué les viene a la mente? Nada bueno, seguro.
Así que cuando te llaman y te dicen que el nuevo disco de The Decemberists es un disco temático saltan las alarmas. Cuando te confirman que se trata de un amago de musical, tu pulso se dispara. Cuando finalmente llegas a casa y escuchas “The Hazards of Love 1 (The Prettiest Whistles Won't Wrestle the Thistles Undone)” tu frágil fe en lo contemporáneo se desmorona.



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publicado en Go en Mayo 2009



De “Agaetys Byrjun” de Sigur Ros a “Funeral” de Arcade Fire

Calificar una tendencia musical con el apelativo “rock épico” es, cuanto menos, una osadía- por lo menos, a primera vista. Pero basta con echarle una ojeada a lo que ha pasado por esta revista en los últimos años para entender que, aunque desmesurado, el término “épico” es el más apropiado para referirse a este aluvión de bandas intensas que han cedido a la hiper-emotividad instrumental y se han hecho un hueco en nuestras páginas a golpe de codas en crescendo. Violines que avanzan en masa como los caballos desbocados de Yukio Mishima (Sufjan Stevens “Come on Feel the Illinois”, Asthmatic Kitty, 2005); Sintetizadores que densifican, texturizan y abusan del tímpano (Patrik Wolf “Licanthropy” Tomlab, 2003) ; cantantes que abrazan la histeria vocal y cantan como lo hacen las ballenas (Sigur Rós); Un nudo en la garganta que, de modo más o menos explícito, lleva a Brian Wilson y Van Dyke Parks en un recorrido multi-estilístico y transversal.


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