Una compensación. Nuestra reciente visita a la (otrora) esencial Tate Britain fue algo decepcionante. La sala de los Pre-raphaelites, objetivo último de nuestra excursión, estaba cerrada por reformas. Para compensar, la Tate ofrecía una exposición magnífica sobre el culto a la juventud en los últimos años de la época victoriana. De lo visto me quedo con la obra de un yanqui en pleno countryside. John Singer Sargent, 'Carnation, Lily, Lily, Rose' (sí, sí, como el lullaby).
Needless to say, el espíritu Carroll en todas sus facetas (niños, cuentos, mates) era un elemento más en la exposición. Para muestra, un botón.