8.9.08

un post reaccionario

Mi rutina mañanil pasa siempre por leer el periódico por las mañanas. Últimamente, ante la precariedad informativa del Seattle Times he optado por leer las ediciones digitales del País, La Vanguardia, el New York Times y el Guardian. El Guardian lo confieso, siempre lo he leído por internet y sigue divirtiéndome más que ningún otro.

Hoy leía un artículo sobre la gestión del correo electrónico...o mejor dicho, nuestra gestión de la bandeja de entrada, lo compulsivo de responder a los emails a los dos segundos de haberlos leído, a menudo, sin prestar suficiente atención y lo que es peor en algunos casos, obviando la mitad del contenido del mensaje minutos después.

"Breaking the email compulsion. The unpredictable way that useful emails arrive makes checking for them as addictive as slot machines. But you can regain control ..." (en guardian.co.uk)


La facilidad con la que podemos responder a un email resta importancia al contenido del correo al cargar todo el peso en el mecanismo de la pregunta-respuesta ('Te responderé al email más tarde.' '¿Has leído mi mail?' 'Te lo confirmaré por email'). Y, lo que es peor, la facilidad y la inmediatez con la que nos comunicamos termina restando importancia al hecho de que escribir a alguien es pedirle que nos regale algo de su tiempo para prestarnos atención.

- ¿te suena eso de que alguien que tiene un motor de búsqueda en su gmail como todo hijo de vecino te pida que le reenvies un email porque 'lo ha perdido'? ¿o te dice que no tiene una información que le enviaste hace quince días? ¿o se olvida por completo de que te dio un ok por email sin pensárselo?-

Ocurre muy a menudo, por ejemplo, que recibimos un mensaje que no aclara ninguna de las cuestiones por las que preguntamos pero que para el interlocutor ya da el tema por cerrado por que ya 'ha respondido al email'. Que más da que la casa siga por barrer... ya ha 'respondido al email'.

Esto me lleva a pensar que otra de las contre-façons de la comunicación moderna es toda la acción que implica nuestro trabajo es virtual hasta el punto que la mayoría de la gente envía emails pero no 'hace cosas'. De hecho, ocurre que muchos trabajos hoy en día consisten en tener al tanto la correspondencia por lo que cuando se requiere algo de 'actividad' el trabajador se siente fuera de lugar, no reacciona o simplemente, no hace lo que se supone que tiene que hacer.


Esta Navidad voy a regalar 'Social Graces' a todo quisqui.