3.11.08

publicado en Go en Noviembre 2008





La moda masculina se rebela y diseña una nueva silueta a medio camino entre el dandismo clásico y el rollo náutico. Su objetivo primordial: hacerte parecer más listo y leído. Lo llaman el estilo de los 'litteratti' y es tan extravagante y elitista como puedas imaginar.
Por Banessa Pellisa

A nadie debería sorprender el revival de los jerseys de rombos y las náuticas. La última vuelta de tuerca del look masculino viene alertándonos de su llegada desde hace ya varias temporadas y en la calle ha tenido su avanzadilla este verano con el retorno de las gafas de pasta marmoleadas y las ‘fedoras’.
Amanda Brooks, guru del New York Times Magazine y columnista de la edición masculina del VOGUE USA advierte que el retorno del look litteratti es “demasiado literal, demasiado estirado, demasiado nostálgico, demasiado ambicioso". Puede que lo que no se atreva a confesar es que el look literatti es, sencillamente, demasiado perfecto. Siempre y cuando entendamos por perfecto todo aquello que parece británico y estrafalario, claro está.
La silueta la dibujan americanas de colores, cuellos de pico, pantalones anchos y náuticas. Todo ello en colores planos pero llamativos. Nada especialmente rompedor cuando vemos cada pieza por separado pero, y ahí está la gracia del asunto, un disfraz completo cuando lo vestimos todo a la vez. No vale combinar los ‘oxfords’ con unos vaqueros, ni ponerse el jersey de rombos por encima de una camiseta. El valor último de este estilo está en la coordinación más detallista de colores y tejidos; el resultado de combinar unos pantalones anchos arremangados por encima del tobillo, zapatos de cordones y una americana de doble abotonadura color amarillo canario.
Un buen ejemplo sería el look de Michael Head en los inicios de Pale Fountains o, para ser más precisos, el de su hipotético primo millonario, daltónico y ocioso. La novedad reside precisamente en la combinación de elementos ‘blue collar’ con detalles que huelen a habano caro y aristocrático, deportes al aire libre como el crockett o, directamente, a camarotes de primera clase en transatlánticos de antaño.
Las prendas más difíciles de llevar en esta versión moderna del look Oxbridge son (amén de las náuticas) las americanas y cárdigans de colores, que quedan preciosas en la percha pero con las que puedes sentirte como el payaso de Micolor si el día es gris y tu elección naranja como una bombona de butano. Lo ideal es acercarse al color con ‘mezura’ (turquesas, lilas) y dejar los amarillos y los azul cielo para las camisas y polos o, directamente, para acudir al próximo concierto de Colin Meloy y sus Decemberists.
Y, puesto que hablamos de prendas difíciles, la pieza que mejor define el allure del estilo literatti, su fetiche estético y la prueba definitiva del alto intelecto y amplia biblioteca del señor que va dentro es el ‘ascot’. El pañuelo largo anudado al cuello al estilo Darcy es sólo apto para hombres listos, imberbes y muy altos tipo Arcade Fire (absténgase los jóvenes bajitos y los asistentes a los sanfermines). No es de extrañar que hasta ahora sólo se atrevieran con él los seguidores de Michael Caine. Liso o estampado, lo importante es llevar el pañuelo sin aguja y con las puntas asomando por debajo de la americana. Como símbolo de estatus intelectual es casi tan efectivo como llevar en la mano un volumen de la poesía completa de Wordsworth.