24.3.06
vagabunda fea
Ayer por la noche asistimos (nós majestatic) a la fiestecilla de celebración de los treinta años de La Magrana. El evento, del tipo poco yo, congregó a los habituales de hachette y sirvió para dejar claro de una vez por todas que sólo hay un sitio en el que me sienta como en casa. Ese sitio no es pureta. Es indie. Viva el indie. Viva.
Durante años he luchado por abandonar mis indie clothes y mi friendly face para ganar en seguridad, cultura y amistades no desquiciadas. El indie sólo me traía problemas: ruina económica, ruina psicológica, salud deteriorada y una fealdad exacerbada que ya potenciaba mi aspecto natural. El indie me hizo fea. Más fea, se entiende. Fea, feísima. Por eso, ahora que la fealdad me oprime menos y sólo me despierta de mis ensoñaciones en contadas ocasiones (me miro menos) es el momento ideal para abrazar de nuevo el rock, aunque, eso sí, con matices. El pop no será Cristo, sólo su devocionario. El vagabundeo será siempre instruido. La palabra siempre en el bolsillo.
Viva.