Todo pintaba bien... casi, casi ideal. Veríamos al grupazo del año en petit comité y disfrutaríamos de sus canciones sin rascarnos el bolsillo. La gente bebía y los del Clash (¡sin Matt!) no paraban de hacer el mendrugo a los platos.
Había teloneros (o cartel triple, si te lo cuenta el de la organización) y aunque no me he dado cuenta hasta hace dos días, fue Sam Isaacs y su banda quienes abrieron la noche. Hoy recibía el disco en digital y ¡oh, son Impecables!
Les siguieron unos mediocrillos émulos de Donovan llamados Kings Roses Castle, o Roses Kings Castles, o Castle of the King of Roses, no sé. No importa.
Y tras muchos globitos y one-too-many pintas salieron por fin los Dept. a tocar dos temas maravillosos... ¿Dos? Sí, dos. Se les rompió una cuerda. La gente se puso a hablar y a bailar, los del Clash metieron caña sin darse ni cuenta de que sólo habían tocado diez minutos y a los Dept se les rompió el amor y se retiraron cabizbajos a la planta baja.
Un drama.
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No se puede ser así. Yo no mando ni un grupo a tocar a Inglaterra. Ni uno. Desde aquí proclamo mi odio supino hacia la mala educación de los follarines y las cerditas inglesas. Que vayan a ver a Oasis y que nos dejen a los demás tranquilos.
BRRRRR! SÚPER PODER D'INDIGNACIÓ!!!!