Se cuenta en los bares que lo mejor que puede hacerse para llamar la atención de alguien es dejar de pensar en esa persona, ‘que parezca que no te importa.’
¿Sabe alguien cómo hacer tal cosa? ¿Sabemos disimular tanto nuestros sentimientos como para que ese ‘que parezca que’ no se convierta en un espacio en blanco que le de a ‘no te importa’ un impulso casi grosero?
Ocurre que cuando dejamos de pensar en alguien a quien hemos prestado mucha atención éste nota la ausencia de nuestros ojos fijos. Y es entonces cuando se nos reclama. A veces de forma sutil. basta con un gesto, un hola, para devolvernos al espacio que ocupamos originalmente, recolocarnos en nuestros puestos y disponernos de nuevo a observar al otro con gran concentración.
Puede que algunos sepan como llevar este juego de tira y afloja mejor que otros. Puede que la carrera sea atractiva para ellos, aunque es fatigosa y abrumadora para la mayoría. Puede que sí. Pero mi certeza no es esa. Mi verdad es más frágil.
Señores,
éstas son mis manos.