9.2.09

Esta es una ilustración de Shira Sela títulada ''Co-existence". He encontrado una gran definición para esta palabra "Coexistence is a state in which two people or more are living together while respecting their differences and resolving their conflicts nonviolently".



No hay nada extraño en sentirse abrumado, angustiado o agobiado de vez en cuando. De hecho, es lo más natural y asumirlo como parte del contrato con la vida es digno de orgullo.

Voy a hablarles brevemente de lo que algunos tildan de ruido ajeno. Todo ocurre a la vez, y apenas has tenido tiempo de recuperarte de un golpe cuando el mundo te propina un empujón o pellizca un brazo sin darte tiempo a soltar un ''¡Ah!''. Un klang-klang-karrapang! que afecta mucho a los que intentamos escribir.

No somos los únicos a los que la acumulación de sonido desequilibra. El ruido del mundo, con su brillo metálico de pandereta y organillo, molesta a todos sin excepción aunque a cada uno le pinza un nervio distinto (a algunos incluso se les tensa algún músculo.)

Veamos. Así a bote pronto y con un catálogo de personalidades en la mano puedo certificar que el ruido provoca:

A los ermitaños del mundo > rechazo y fascinación a partes iguales
A los ansiosos > falsas crisis sentimentales
A los inseguros > dolor de espalda
A los seres menguantes > complicidad y refugio
A los fuertes > preocupación por el estado del mundo y un ligero escozor en el labio superior
A los arquitectos > mareo ocasional y posterior fortalecimiento del carácter

Ya saben, el infierno son los otros. El infierno forja el carácter.