My landscape is a hand with no lines,
The roads bunched to a knot,
The knot myself,
Myself the rose you acheive---
This body,
This ivory
Ungodly as a child's shriek.
Spiderlike, I spin mirrors,
Loyal to my image,
Uttering nothing but blood---
Taste it, dark red!
And my forest
My funeral,
And this hill and this
Gleaming with the mouths of corpses.
S.P.
10.12.08
9.12.08
23:30 y la lista de cosas por hacer empieza a reírse de mi.
Confieso que me he distraido un tanto con el documental de Alex James y el último The Idler pero eso no me ha impedido responder emails y gestionar la crisis Pinnacle con cierta eficacia.
Y hablando de The Idler...
He regalado este libro a un amigo -lo compre entre reunión y reunión en Bloomsbury, cerca de la estación de metro de Russell Square en una de mis paradas regulares en The School of Life.
No hace tantos meses que leía el "How to Be Idle" de Tom Hodgkinson en el salón del hostalero. Bueno, digamos que más que leer, fui forzada a digerirlo por una panda de calamitosos siembradudas sin ni una gota de compasión por mi vacío sentimental (problema último al que hay que achacar mi hiper-actividad veraniega*). Vamos, que me pusieron el libro en el regazo y me prohibieron rotundamente que moviera el culo del sofá durante todo el día.
Leí el manual siguiendo las instrucciones de uso al pie de la letra -ahora un capítulo, ahora una siestecilla, ahora dos páginas, ahora un nesquik- y sus enseñanzas han calado tan hondo que siento la necesidad de predicar fervientemente al estilo plasta.
Debo decir que Hodgkinson es menos habilidoso que de Botton, pero me conquista con ese sentido del humor hilarante y punk, en plan "Good Omens" de Gaiman/Pratchett.
Lo peormejor de The Book of Idle Pleasures es que su lectura produce un efecto similar al del shock post-traumático. Te ríes primero, pero un mes después te da por pensar en cosas como comprarte una granja y sesenta días más tarde te da por pensar que para ser feliz sólo necesitas un frutero lleno de mandarinas.
Ahí va un extracto:
"Staring
You’re inside, the world is out-side. Staring through the window offers thinkers and dreamers unparalleled opportunities to ruminate, and, in the best tradition of the Pathetic Fallacy, the sights beyond the glass will always reflect our mood. If we are feeling bright and optimistic, the birds will be singing and the children playing. If we’re feeling miserable and black then it will be raining and the trees will be bare. Window - starers, however, usually find that it is raining and the trees are bare. There is something about staring through a window which is suited to melancholic temperaments. Perhaps we associate it with the Sunday mornings of childhood, when Dad is playing golf and we’ve been fighting with our siblings. It is only through steady application to window-staring that we will manage to transform it from a sad exercise into a positive one."
*No se crean. En una de las habituales confusiones a las que induce mi extremismo vital, yo puedo parecer una mujer activa. No lo soy, o por lo menos no todo el año. Digamos que combino etapas de exultante anar-i-venir con largos períodos de siesteo constante. No es muy equilibrado, pero me sale muy natural.**
**Es la primera vez que uso una nota a pie de página por vicio. Me siento sucia.
Y hablando de The Idler...
He regalado este libro a un amigo -lo compre entre reunión y reunión en Bloomsbury, cerca de la estación de metro de Russell Square en una de mis paradas regulares en The School of Life.
No hace tantos meses que leía el "How to Be Idle" de Tom Hodgkinson en el salón del hostalero. Bueno, digamos que más que leer, fui forzada a digerirlo por una panda de calamitosos siembradudas sin ni una gota de compasión por mi vacío sentimental (problema último al que hay que achacar mi hiper-actividad veraniega*). Vamos, que me pusieron el libro en el regazo y me prohibieron rotundamente que moviera el culo del sofá durante todo el día.
Leí el manual siguiendo las instrucciones de uso al pie de la letra -ahora un capítulo, ahora una siestecilla, ahora dos páginas, ahora un nesquik- y sus enseñanzas han calado tan hondo que siento la necesidad de predicar fervientemente al estilo plasta.
Debo decir que Hodgkinson es menos habilidoso que de Botton, pero me conquista con ese sentido del humor hilarante y punk, en plan "Good Omens" de Gaiman/Pratchett.
Lo peormejor de The Book of Idle Pleasures es que su lectura produce un efecto similar al del shock post-traumático. Te ríes primero, pero un mes después te da por pensar en cosas como comprarte una granja y sesenta días más tarde te da por pensar que para ser feliz sólo necesitas un frutero lleno de mandarinas.
Ahí va un extracto:
"Staring
You’re inside, the world is out-side. Staring through the window offers thinkers and dreamers unparalleled opportunities to ruminate, and, in the best tradition of the Pathetic Fallacy, the sights beyond the glass will always reflect our mood. If we are feeling bright and optimistic, the birds will be singing and the children playing. If we’re feeling miserable and black then it will be raining and the trees will be bare. Window - starers, however, usually find that it is raining and the trees are bare. There is something about staring through a window which is suited to melancholic temperaments. Perhaps we associate it with the Sunday mornings of childhood, when Dad is playing golf and we’ve been fighting with our siblings. It is only through steady application to window-staring that we will manage to transform it from a sad exercise into a positive one."
*No se crean. En una de las habituales confusiones a las que induce mi extremismo vital, yo puedo parecer una mujer activa. No lo soy, o por lo menos no todo el año. Digamos que combino etapas de exultante anar-i-venir con largos períodos de siesteo constante. No es muy equilibrado, pero me sale muy natural.**
**Es la primera vez que uso una nota a pie de página por vicio. Me siento sucia.
7.12.08
publicado en Go -diciembre 2008
Weird Folk
HIPPIES CON CORBATAS
Se dice que fue David Keenan quien bautizó el movimiento con su informe New Weird America en The Wire en el año 2003 para referirse al puñado de bandas que llamaron la atención de la crítica tras el éxito de Joanna Newsom, CocoRosie y Devendra Banhardt. El nexo común de las bandas a las que se refería Keenan (entre las que se incluían Vetiver, Akron/Family o Grizzly Bear) era el auto-proclamado amor por el folk y lapsicodelia de los discos de Pentangle y The Incredible String Band y una querencia hacia la rareza que rayaba en lo patológico (Jandek)
A la atención que les dedicó la prensa, se sumó la feliz coincidencia, casual o no, de una oleada de reedicones lujosas y documentadas que acercan al joven medio los trabajos de Shirley Collins, Karen Dalton o Vashti Bunyan, entre otros.
En los últimos cinco años, Arthur Magazine y sellos como Drag City o Matador han alimentado con nombres nuevos a un público ávido de singularidad y excentricidades. Una avalancha de artistas americanos cuyo único objetivo artístico es unir
la cadencia analógica y cálida de las guitarras de Bert Jansch con los coros angelicales de Sagittarius Present Tense. Lo cierto es que bandas como Mountain Goats y Espers no tienen mucho que ver estilísticamente hablando;los primeros son intimistas como Castanets y los segundos tienen tendencias más psicodélicas hippies. Pero hay elementos comunes entre estos grupos: el más importante de los cuales es su afán intelectual. Puede que uno de los factores determinantes de este viraje estilístico seabla influencia de Animal Collective y Grizzly Bear, grupos que siempre han intentado darle un matiz más cultureta a sus trabajos.
Tras una primera hornada de bandas, llega ahora la segunda ola del weird folk, encabezada por Fleet Foxes y los sensacionales Department Of Eagles (formados a su vez por miembros de Grizzly Bear). Una nueva generación, esta vez, más cercana a la costa Oeste, al optimismo pop de Beach Boys y a la creatividad sin parangón de Animal Collective que
a la psicodelia de los primeros freaks.
He aquí algunos de los nombres que marcan y marcaran la diferencia
BON IVER
Una de las bandas más aplaudidas este año gracias al imprescindible “For Emma, forever ago”. Apunta maneras cuando se dobla la voz en coros imposibles, pero será la desnudez de “Skinny love” la pieza que le asegurará un puesto entre los mejores compositores del 2008
LAURA GIBSON
Poco weird pero muy folk, la adorable cantautora de Portland ha despertado la curiosidad de la crítica con una falsa naiveté muy estudiada y el gancho melódico de temas como “In your arms”. Protegida de Colin Meloy y uno de los buques insignia del sello Hush Records, se perfila como la versión modesta de Josephine Foster
RUN ON SENTENCE
Otra de las bandas del excelente sello de Portland, Hush Records. Sureño y melancólico, su fuerte es el directo, donde su parecido con Townes Van Zandt se difumina ligeramente y gana fuerza su original voz que tiñe de nostalgia todas sus composiciones.
BRIGHTBLACK MORNING LIGHT
Fueron incluidos en el informe New Weird America de Arthur magazine original y, efectivamente, son algo más raros que el resto de grupos de esta sección. Lamentablemente han saltado a la palestra tras la muerte de uno de sus componentes este año, justo cuando la banda estaba preparando la presentación de su maravilloso nuevo disco. Brillantes.
THE MOUNTAIN GOATS
Más elegantes y finos que sus vecinos, The Mountain Goats son al weird folk lo que Pulp fueron al brit-pop. Tienen verdaderos hits para el gran público, sus letras son desvergonzadamente románticas y su pose es intelectual y leída. “Sax Rohmer#1” les deparara un lugar en el Olimpo pop. Favoritos absolutos.
ISLANDS
Este sexteto multicultural es, seguramente, el grupo más difícil de clasificar dentro de la etiqueta weird folk, por dos sencillas razones: están más cerca del nuevo pop canadiense (son un colectivo de Montreal) y un segundo trabajo exultante y vitalista, “Arm’s way”. Pero sus conocimientos extensos del folk en todas sus facetas y sus aires pretendidamente artys les convierten en el grupo más exótico de la NewWeird America
CASTANETS
Uno de los nombres más indiscutibles del freak folk. Rapanosa defiende su propuesta con fiereza en temasvque mueren por intensos y reconcentrados. Su último disco para Asthmatic Kitty ha sido uno de los campanazos del año.
HIPPIES CON CORBATAS
Se dice que fue David Keenan quien bautizó el movimiento con su informe New Weird America en The Wire en el año 2003 para referirse al puñado de bandas que llamaron la atención de la crítica tras el éxito de Joanna Newsom, CocoRosie y Devendra Banhardt. El nexo común de las bandas a las que se refería Keenan (entre las que se incluían Vetiver, Akron/Family o Grizzly Bear) era el auto-proclamado amor por el folk y lapsicodelia de los discos de Pentangle y The Incredible String Band y una querencia hacia la rareza que rayaba en lo patológico (Jandek)
A la atención que les dedicó la prensa, se sumó la feliz coincidencia, casual o no, de una oleada de reedicones lujosas y documentadas que acercan al joven medio los trabajos de Shirley Collins, Karen Dalton o Vashti Bunyan, entre otros.
En los últimos cinco años, Arthur Magazine y sellos como Drag City o Matador han alimentado con nombres nuevos a un público ávido de singularidad y excentricidades. Una avalancha de artistas americanos cuyo único objetivo artístico es unir
la cadencia analógica y cálida de las guitarras de Bert Jansch con los coros angelicales de Sagittarius Present Tense. Lo cierto es que bandas como Mountain Goats y Espers no tienen mucho que ver estilísticamente hablando;los primeros son intimistas como Castanets y los segundos tienen tendencias más psicodélicas hippies. Pero hay elementos comunes entre estos grupos: el más importante de los cuales es su afán intelectual. Puede que uno de los factores determinantes de este viraje estilístico seabla influencia de Animal Collective y Grizzly Bear, grupos que siempre han intentado darle un matiz más cultureta a sus trabajos.
Tras una primera hornada de bandas, llega ahora la segunda ola del weird folk, encabezada por Fleet Foxes y los sensacionales Department Of Eagles (formados a su vez por miembros de Grizzly Bear). Una nueva generación, esta vez, más cercana a la costa Oeste, al optimismo pop de Beach Boys y a la creatividad sin parangón de Animal Collective que
a la psicodelia de los primeros freaks.
He aquí algunos de los nombres que marcan y marcaran la diferencia
BON IVER
Una de las bandas más aplaudidas este año gracias al imprescindible “For Emma, forever ago”. Apunta maneras cuando se dobla la voz en coros imposibles, pero será la desnudez de “Skinny love” la pieza que le asegurará un puesto entre los mejores compositores del 2008
LAURA GIBSON
Poco weird pero muy folk, la adorable cantautora de Portland ha despertado la curiosidad de la crítica con una falsa naiveté muy estudiada y el gancho melódico de temas como “In your arms”. Protegida de Colin Meloy y uno de los buques insignia del sello Hush Records, se perfila como la versión modesta de Josephine Foster
RUN ON SENTENCE
Otra de las bandas del excelente sello de Portland, Hush Records. Sureño y melancólico, su fuerte es el directo, donde su parecido con Townes Van Zandt se difumina ligeramente y gana fuerza su original voz que tiñe de nostalgia todas sus composiciones.
BRIGHTBLACK MORNING LIGHT
Fueron incluidos en el informe New Weird America de Arthur magazine original y, efectivamente, son algo más raros que el resto de grupos de esta sección. Lamentablemente han saltado a la palestra tras la muerte de uno de sus componentes este año, justo cuando la banda estaba preparando la presentación de su maravilloso nuevo disco. Brillantes.
THE MOUNTAIN GOATS
Más elegantes y finos que sus vecinos, The Mountain Goats son al weird folk lo que Pulp fueron al brit-pop. Tienen verdaderos hits para el gran público, sus letras son desvergonzadamente románticas y su pose es intelectual y leída. “Sax Rohmer#1” les deparara un lugar en el Olimpo pop. Favoritos absolutos.
ISLANDS
Este sexteto multicultural es, seguramente, el grupo más difícil de clasificar dentro de la etiqueta weird folk, por dos sencillas razones: están más cerca del nuevo pop canadiense (son un colectivo de Montreal) y un segundo trabajo exultante y vitalista, “Arm’s way”. Pero sus conocimientos extensos del folk en todas sus facetas y sus aires pretendidamente artys les convierten en el grupo más exótico de la NewWeird America
CASTANETS
Uno de los nombres más indiscutibles del freak folk. Rapanosa defiende su propuesta con fiereza en temasvque mueren por intensos y reconcentrados. Su último disco para Asthmatic Kitty ha sido uno de los campanazos del año.
Digamos que la cosa no ha cambiado tanto
Siguiendo la estela del post anterior (profundidad cero) y atusada por un paseo nocturno de diez horas de duración voy a contaros una historia viejuna.
Soy una persona altamente sociable del tipo Arale Norimaki. Cuando era pequeña y me llevaban al parque o a la playa provocaba la hilaridad paterna y sisteril con una frase que al parecer repetía constantemente:
-Vaig a fer-me un amiguet.
Ignorando las risas que dejaba atrás, me encaminaba hacia el tobogán con una amplia sonrisa y elegía a mi víctima de la journée.
- Vols que siguem amiguets? -preguntaba.
Al parecer, mi único objetivo al salir de paseo era jugar con alguien nuevo - pero era esencial que ese alguien no fuera un cualquiera, si no un AMIGO.
Conclusión: yo fui facebook, antes de facebook.
Mi mejor amiga es una santa Jedi a la que tengo abandoná
Por muchas vueltas que de la vida, una tiene la sensación de que siempre vuelve a encontrarse con lo mismo una y otra vez. Lo bueno del caso es cuando esto no es ni aburrido ni desagradable... si no sorprendente. Es decir, que una situación familiar es un 'been there, done that' en lugar de un 'misma mierda'. Hablo de ese momento en el que reconocer las referencias del pasado más íntimo es casi, casi un juego de espejos. Es como buscar influencias en uno mismo.
Quiero defender a capa y espada mi pasión por la repetición, las influencias y las versiones de uno mismo y de sus gustos.
Argh. Puede que no me explique como es debido hoy... ando algo embotada.
Voy a poner ejemplos:
- me gusta el paté de salmón Casa Tarradellas pero en el fondo lo que me va es el Kalles Kaviar.
- me gustan versiones del mismo chico des de los ocho años (Rick Astley)
- me gustan mis vecinos Crystal Skulls por que en el fondo se parecen a Eggstone.
- me gustaba Oilily, después Nice Day y ahora (aunque coqueteo con Olivier Theyskens) me muero por Idra
- me gusta gente que se parece a mi abuela
- antes entregaba tarde los deberes, ahora entrego tarde los artículos
- antes chuleaba de lista, ahora chuleo de no chulear.
Quiero defender a capa y espada mi pasión por la repetición, las influencias y las versiones de uno mismo y de sus gustos.
Argh. Puede que no me explique como es debido hoy... ando algo embotada.
Voy a poner ejemplos:
- me gusta el paté de salmón Casa Tarradellas pero en el fondo lo que me va es el Kalles Kaviar.
- me gustan versiones del mismo chico des de los ocho años (Rick Astley)
- me gustan mis vecinos Crystal Skulls por que en el fondo se parecen a Eggstone.
- me gustaba Oilily, después Nice Day y ahora (aunque coqueteo con Olivier Theyskens) me muero por Idra
- me gusta gente que se parece a mi abuela
- antes entregaba tarde los deberes, ahora entrego tarde los artículos
- antes chuleaba de lista, ahora chuleo de no chulear.
3.12.08
¿Como se puede ser tan hooligan?
El domingo a media tarde nos acercamos a Candem. Clash Magazine (ese Go mainstream en clave british) organizaba una fiestecilla-concierto en un mini-pub de dos plantas cuyo nombre difícilmente podría resultar más apropiado. The Lock Tavern tenía poco que ofrecer como pub, pero el evento compensaba con creces las deficiencias del local. Qué más nos daba tener que guardar el abrigo en el cuartucho y estar apretados entre friks, franceses y señores gordos. Nosotros íbamos a lo que íbamos: a ver a Department of Eagles que tocaban gratis.
Todo pintaba bien... casi, casi ideal. Veríamos al grupazo del año en petit comité y disfrutaríamos de sus canciones sin rascarnos el bolsillo. La gente bebía y los del Clash (¡sin Matt!) no paraban de hacer el mendrugo a los platos.
Había teloneros (o cartel triple, si te lo cuenta el de la organización) y aunque no me he dado cuenta hasta hace dos días, fue Sam Isaacs y su banda quienes abrieron la noche. Hoy recibía el disco en digital y ¡oh, son Impecables!
Les siguieron unos mediocrillos émulos de Donovan llamados Kings Roses Castle, o Roses Kings Castles, o Castle of the King of Roses, no sé. No importa.
Y tras muchos globitos y one-too-many pintas salieron por fin los Dept. a tocar dos temas maravillosos... ¿Dos? Sí, dos. Se les rompió una cuerda. La gente se puso a hablar y a bailar, los del Clash metieron caña sin darse ni cuenta de que sólo habían tocado diez minutos y a los Dept se les rompió el amor y se retiraron cabizbajos a la planta baja.
Un drama.
No se puede ser así. Yo no mando ni un grupo a tocar a Inglaterra. Ni uno. Desde aquí proclamo mi odio supino hacia la mala educación de los follarines y las cerditas inglesas. Que vayan a ver a Oasis y que nos dejen a los demás tranquilos.
BRRRRR! SÚPER PODER D'INDIGNACIÓ!!!!
Todo pintaba bien... casi, casi ideal. Veríamos al grupazo del año en petit comité y disfrutaríamos de sus canciones sin rascarnos el bolsillo. La gente bebía y los del Clash (¡sin Matt!) no paraban de hacer el mendrugo a los platos.
Había teloneros (o cartel triple, si te lo cuenta el de la organización) y aunque no me he dado cuenta hasta hace dos días, fue Sam Isaacs y su banda quienes abrieron la noche. Hoy recibía el disco en digital y ¡oh, son Impecables!
Les siguieron unos mediocrillos émulos de Donovan llamados Kings Roses Castle, o Roses Kings Castles, o Castle of the King of Roses, no sé. No importa.
Y tras muchos globitos y one-too-many pintas salieron por fin los Dept. a tocar dos temas maravillosos... ¿Dos? Sí, dos. Se les rompió una cuerda. La gente se puso a hablar y a bailar, los del Clash metieron caña sin darse ni cuenta de que sólo habían tocado diez minutos y a los Dept se les rompió el amor y se retiraron cabizbajos a la planta baja.
Un drama.
No se puede ser así. Yo no mando ni un grupo a tocar a Inglaterra. Ni uno. Desde aquí proclamo mi odio supino hacia la mala educación de los follarines y las cerditas inglesas. Que vayan a ver a Oasis y que nos dejen a los demás tranquilos.
BRRRRR! SÚPER PODER D'INDIGNACIÓ!!!!
con amor from mi tu iu
Si bien es cierto que mi viejo ibook no pesa más de 3 kilos y que paso más horas frente a la pantalla que frente a tu cara, querido amigo, lector, vas a tener que disculparme por mi falta de blogueo en los últimos meses.
Como justificante de no asistencia alegaré viajerismo (más de 15 vuelos desde el 1 de octubre), una borrachera humillante hará apenas unos días, una portada, cincuenta e-mails diarios y, para qué engañarnos, mucho sueño.
Para animarles un poco la tarde ahí va mi lista de lo mejor del año... emaileada y contada en Go hace apenas 24 horas. Me va el jander ahora.
DISCOS:
1. Fleet Foxes "Fleet Foxes
2. Sigur Rós "með suð í eyrum við spilum endalaust"
3. Bon Iver "For Emma, Forever Ago"
4. Midnight Juggernauts "Dystopia"
5. Vampire Weekend “Vampire Weekend”
6. Department of Eagles “In Ear Park”
7. MGMT "Oracular / Spectacular"
8. Death Cab for Cutie "Narrow Stairs"
9. Band of Horses "Cease to Begin"
10. M83 “Saturdays=Youth”
11. The Mountain Gotas “Heretic Pride”
12. Foals “Antidote”
13. Hot Chip “Made in the Dark”
14. Frida Hyvonnen "Silence is WIld"
15. Pete And The Pirates"Little Death
16. Cut Copy “In Ghost Colours”
17. Ra Ra Riot "The Rhumb Line"
18. She&Him “Volume One”
Canciones
1. Eef Barzelay “Numerology
2. Death Cab for Cutie “I will possess your Herat”
3. Notwist “Good Lies”
4. The Last Shadow Puppets “The Age of Understatement”
5. Duffy “Mercy”
6. Yelle “A Cause des Garçons”
7. Fleet Foxes “Blue Ridge Mountains”
8. These New Puritans “Elvis”
9. My Brightest Diamond “Inside a Boy”
10. No Age “Teen Creeps”
9.11.08
Avui al Castell d'Escornalbou amb el Gerard, la Núria i les nenes, hem vist una pintada boníssima a un dels cartells de l'entrada indicant l'horari -aparentment de manera un pèl críptica.
'Escriviu millor que no s'entèn que no obriu els dilluns, cabrons'
i me n'he enrecordat d'un dels clàssics de la meva selecció de 'favorites' subsecció 'nerd'. És la pàgina picturesofwalls.com -una col.lecció de fotografies de les pintades garrules i/o sentimentals que podem trobar a les parets del món mundial.
Ea, llegiu que no us farà cap mal. Jo mentrestant faré abdominals...
3.11.08
publicado en Go en Noviembre 2008
La moda masculina se rebela y diseña una nueva silueta a medio camino entre el dandismo clásico y el rollo náutico. Su objetivo primordial: hacerte parecer más listo y leído. Lo llaman el estilo de los 'litteratti' y es tan extravagante y elitista como puedas imaginar.
Por Banessa Pellisa
A nadie debería sorprender el revival de los jerseys de rombos y las náuticas. La última vuelta de tuerca del look masculino viene alertándonos de su llegada desde hace ya varias temporadas y en la calle ha tenido su avanzadilla este verano con el retorno de las gafas de pasta marmoleadas y las ‘fedoras’.
Amanda Brooks, guru del New York Times Magazine y columnista de la edición masculina del VOGUE USA advierte que el retorno del look litteratti es “demasiado literal, demasiado estirado, demasiado nostálgico, demasiado ambicioso". Puede que lo que no se atreva a confesar es que el look literatti es, sencillamente, demasiado perfecto. Siempre y cuando entendamos por perfecto todo aquello que parece británico y estrafalario, claro está.
La silueta la dibujan americanas de colores, cuellos de pico, pantalones anchos y náuticas. Todo ello en colores planos pero llamativos. Nada especialmente rompedor cuando vemos cada pieza por separado pero, y ahí está la gracia del asunto, un disfraz completo cuando lo vestimos todo a la vez. No vale combinar los ‘oxfords’ con unos vaqueros, ni ponerse el jersey de rombos por encima de una camiseta. El valor último de este estilo está en la coordinación más detallista de colores y tejidos; el resultado de combinar unos pantalones anchos arremangados por encima del tobillo, zapatos de cordones y una americana de doble abotonadura color amarillo canario.
Un buen ejemplo sería el look de Michael Head en los inicios de Pale Fountains o, para ser más precisos, el de su hipotético primo millonario, daltónico y ocioso. La novedad reside precisamente en la combinación de elementos ‘blue collar’ con detalles que huelen a habano caro y aristocrático, deportes al aire libre como el crockett o, directamente, a camarotes de primera clase en transatlánticos de antaño.
Las prendas más difíciles de llevar en esta versión moderna del look Oxbridge son (amén de las náuticas) las americanas y cárdigans de colores, que quedan preciosas en la percha pero con las que puedes sentirte como el payaso de Micolor si el día es gris y tu elección naranja como una bombona de butano. Lo ideal es acercarse al color con ‘mezura’ (turquesas, lilas) y dejar los amarillos y los azul cielo para las camisas y polos o, directamente, para acudir al próximo concierto de Colin Meloy y sus Decemberists.
Y, puesto que hablamos de prendas difíciles, la pieza que mejor define el allure del estilo literatti, su fetiche estético y la prueba definitiva del alto intelecto y amplia biblioteca del señor que va dentro es el ‘ascot’. El pañuelo largo anudado al cuello al estilo Darcy es sólo apto para hombres listos, imberbes y muy altos tipo Arcade Fire (absténgase los jóvenes bajitos y los asistentes a los sanfermines). No es de extrañar que hasta ahora sólo se atrevieran con él los seguidores de Michael Caine. Liso o estampado, lo importante es llevar el pañuelo sin aguja y con las puntas asomando por debajo de la americana. Como símbolo de estatus intelectual es casi tan efectivo como llevar en la mano un volumen de la poesía completa de Wordsworth.
2.11.08
Periodismo egolatra
Años atrás Elena Cabrera hablaba de periodismo emocional y yo le decía que no, que no.
Años después (hoy, para ser más exactos) un semi-conocido ha comentado que mi periodismo es siempre muy 'personal'. Ha mencionado tres textos en concreto que cuelgo aquí debajo para su uso y disfrute y para darle la razón, ya que se la he negado en el tren de camino del aeropuerto y, de hecho, la tenía toda (la razón).
ps- son textos algo mediocres en comparación con otros artículos más criticos y menos egocéntricos. Sera que el periodismo personal no es lo mío. Zapatero a tus zapatos.
Años después (hoy, para ser más exactos) un semi-conocido ha comentado que mi periodismo es siempre muy 'personal'. Ha mencionado tres textos en concreto que cuelgo aquí debajo para su uso y disfrute y para darle la razón, ya que se la he negado en el tren de camino del aeropuerto y, de hecho, la tenía toda (la razón).
ps- son textos algo mediocres en comparación con otros artículos más criticos y menos egocéntricos. Sera que el periodismo personal no es lo mío. Zapatero a tus zapatos.
publicado en Go Julio-Agosto 2008
El Último Clásico
Tracey Thorn
‘A Distant Shore’
Cherry Red, 1983
De entrada, advierto que esta crítica tiene poco de profesional y mucho de personal. Parte del encanto de esta sección reside precisamente en nuestros esfuerzos por demostrar al lector que aquello que nosotros consideramos (a título privado, casi biográfico) un clásico indiscutible es un trabajo sólido por sus propios encantos. Se trata en el fondo, de una parte de esta revista dedicada a justificar las elecciones más personales de los que en ella escribimos.
Valga este principio como, más que justificación, advertencia de lo que sigue. Lo que aquí se relata es puramente biográfico y si no le interesa, mejor deje de leer ahora mismo.
Y sí, este preámbulo es à la Montaigne. ¿algún problema?
Por Banessa Pellisa
Ahora viene el momento ‘Días de Radio’. Tenía quince años y vivía en un agujero infernal en el sur de Cataluña. Sufría de todo el angst propio de los adolescentes sensibles y además me creía muy lista. Tanto, que una de mis mayores aficiones era llevar un programa de radio local que escuchaba por lo general mi abuela y (a veces) algún novio mío y considerarme por ello la más precoz de las periodistas musicales del país. Entre clase y clase preparaba guiones, escribía artículos para mi fanzine y empezaba a dibujar en mi cabeza lo que más tarde sería un proyecto de empresa discográfica.
Hablaba mucho, como ahora. Escribía muchas cartas y por lo general, ‘me comunicaba con fluidez’ y asiduidad. Tanto que fui adoptada como una especie de mascota indie por muchos de mis conocidos en el shithole. Uno de ellos, fotógrafo de profesión, hombre sensible y poseedor de una notable colección de discos, no entendía nada de lo que pasaba por mi cabeza, naturalmente.
Para compensar la incomodidad de la situación me regaló dos cintas. Una llevaba el ‘Colossal Youth’ de Young Marble Giants por una cara y el disco de Statton y Spike como Prince of Wales por la otra. La otra llevaba el primer disco de Marine Girls y el disco en solitario de Tracey Thorn. Huelga decir que eran cintas de 46 minutos.
Llegué a casa con los cassettes tras haber pasado una velada algo extraña en casa del susodicho conocido rodeada de gente que me pasaba veinte años y hablaba con gran aplomo. No recuerdo mucho, pero sí una leve sensación de embriaguez. Era tarde, pero me senté en la cama en la habitación en casa de mis padres que compartía con mi hermana pequeña y puse la cinta. Se oía ruidito, una guitarra rasgada y una voz clara y segura tan cálida y tan asertiva que penetraba en la más asustada de las mentes teenagers del mundo. Mi hermana pequeña se despertó y tuve que parar la cinta.
Al día siguiente, volví a intentarlo, esta vez a solas. A los dos minutos de haber escuchado ‘Simply couldn’t care’ me resbalaba una lágrima por la mejilla. A los cinco minutos ‘Seascape’ me puso la piel de gallina. A los diez minutos, con “Femme fatale” entré en pleno éxtasis.
Tracey Thorn tenía 20 años cuando grabó A Distant Shore. Es el disco de dormitorio por excelencia: grabado con los mínimos recursos (138 libras) y construido para parecer deliberadamente simple sin serlo. Influenciada por la bossa-nova más suave (no la locura jobimesca, ni la fiesta de Vinicius, si no el sonido cálido de Toquinho- ya saben, un poco mate) y el punk más pérfido, Thorn llevó el do-it-yourself a cotas nunca alcanzadas. Sí, se podía hablar de ser chica y de ser joven y de andar algo despistada. Se podía ser incurablemente romántica y frágil sin dejar de ser fuerte como ella. Tracey melodiosa y dominante canta ‘Feelings can get left behind/So keep your love and I`ll try to keep mine.’ en ‘Small Town Girl’ y cuesta imaginar una píldora de verdad concentrada más emotiva y desnuda. La mayor calidad de este disco es una honestidad embarazosa, tan desnuda que da reparo escuchar. Susceptible de ser considerada vulnerable, Thorn nos cuenta todas sus penas y miedos con total sinceridad. El resultado, lejos de hacerla frágil produce el efecto contrario. Esta fue la primera paradoja que encontré en el pop y la que más fascinación me despertó. Aquí se vencen los miedos hablando de ellos. ¿Les suena?
Marine Girls serán siempre recordadas por ser encantadoras y brillantes en su género, pero la honestidad brutal de las pequeñas homilías de Thorn no tiene parangón. O quizás sí, quizás tenga una versión masculina y paralela en el disco de Ben Watt ‘North Marine Drive’. Qué curioso, ¿verdad?
Tracey Thorn
‘A Distant Shore’
Cherry Red, 1983
De entrada, advierto que esta crítica tiene poco de profesional y mucho de personal. Parte del encanto de esta sección reside precisamente en nuestros esfuerzos por demostrar al lector que aquello que nosotros consideramos (a título privado, casi biográfico) un clásico indiscutible es un trabajo sólido por sus propios encantos. Se trata en el fondo, de una parte de esta revista dedicada a justificar las elecciones más personales de los que en ella escribimos.
Valga este principio como, más que justificación, advertencia de lo que sigue. Lo que aquí se relata es puramente biográfico y si no le interesa, mejor deje de leer ahora mismo.
Y sí, este preámbulo es à la Montaigne. ¿algún problema?
Por Banessa Pellisa
Ahora viene el momento ‘Días de Radio’. Tenía quince años y vivía en un agujero infernal en el sur de Cataluña. Sufría de todo el angst propio de los adolescentes sensibles y además me creía muy lista. Tanto, que una de mis mayores aficiones era llevar un programa de radio local que escuchaba por lo general mi abuela y (a veces) algún novio mío y considerarme por ello la más precoz de las periodistas musicales del país. Entre clase y clase preparaba guiones, escribía artículos para mi fanzine y empezaba a dibujar en mi cabeza lo que más tarde sería un proyecto de empresa discográfica.
Hablaba mucho, como ahora. Escribía muchas cartas y por lo general, ‘me comunicaba con fluidez’ y asiduidad. Tanto que fui adoptada como una especie de mascota indie por muchos de mis conocidos en el shithole. Uno de ellos, fotógrafo de profesión, hombre sensible y poseedor de una notable colección de discos, no entendía nada de lo que pasaba por mi cabeza, naturalmente.
Para compensar la incomodidad de la situación me regaló dos cintas. Una llevaba el ‘Colossal Youth’ de Young Marble Giants por una cara y el disco de Statton y Spike como Prince of Wales por la otra. La otra llevaba el primer disco de Marine Girls y el disco en solitario de Tracey Thorn. Huelga decir que eran cintas de 46 minutos.
Llegué a casa con los cassettes tras haber pasado una velada algo extraña en casa del susodicho conocido rodeada de gente que me pasaba veinte años y hablaba con gran aplomo. No recuerdo mucho, pero sí una leve sensación de embriaguez. Era tarde, pero me senté en la cama en la habitación en casa de mis padres que compartía con mi hermana pequeña y puse la cinta. Se oía ruidito, una guitarra rasgada y una voz clara y segura tan cálida y tan asertiva que penetraba en la más asustada de las mentes teenagers del mundo. Mi hermana pequeña se despertó y tuve que parar la cinta.
Al día siguiente, volví a intentarlo, esta vez a solas. A los dos minutos de haber escuchado ‘Simply couldn’t care’ me resbalaba una lágrima por la mejilla. A los cinco minutos ‘Seascape’ me puso la piel de gallina. A los diez minutos, con “Femme fatale” entré en pleno éxtasis.
Tracey Thorn tenía 20 años cuando grabó A Distant Shore. Es el disco de dormitorio por excelencia: grabado con los mínimos recursos (138 libras) y construido para parecer deliberadamente simple sin serlo. Influenciada por la bossa-nova más suave (no la locura jobimesca, ni la fiesta de Vinicius, si no el sonido cálido de Toquinho- ya saben, un poco mate) y el punk más pérfido, Thorn llevó el do-it-yourself a cotas nunca alcanzadas. Sí, se podía hablar de ser chica y de ser joven y de andar algo despistada. Se podía ser incurablemente romántica y frágil sin dejar de ser fuerte como ella. Tracey melodiosa y dominante canta ‘Feelings can get left behind/So keep your love and I`ll try to keep mine.’ en ‘Small Town Girl’ y cuesta imaginar una píldora de verdad concentrada más emotiva y desnuda. La mayor calidad de este disco es una honestidad embarazosa, tan desnuda que da reparo escuchar. Susceptible de ser considerada vulnerable, Thorn nos cuenta todas sus penas y miedos con total sinceridad. El resultado, lejos de hacerla frágil produce el efecto contrario. Esta fue la primera paradoja que encontré en el pop y la que más fascinación me despertó. Aquí se vencen los miedos hablando de ellos. ¿Les suena?
Marine Girls serán siempre recordadas por ser encantadoras y brillantes en su género, pero la honestidad brutal de las pequeñas homilías de Thorn no tiene parangón. O quizás sí, quizás tenga una versión masculina y paralela en el disco de Ben Watt ‘North Marine Drive’. Qué curioso, ¿verdad?
publicado en Go Septiembre 2008
“Between the Bars”
Elliot Smith
Either/Or
Elliott Smith fue el compositor más talentoso de los noventa, con permiso de Kurt Cobain. Nadie como él supo condensar toda la angustia del último fin de siècle y el miedo de una generación despistada y abrumada por un exceso de información. Su ‘Either/Or’ es uno de esos discos terribles que como ‘Five leaves left’ de Nick Drake definen tanto a su autor como a su público. Ser fan de Elliott Smith forja el carácter Con una sinceridad que no hacía concesión alguna a la ironía o al cinismo, el compositor relataba uno a uno todos los problemas (que no eran pocos) a los que debíamos hacer frente la gente sensible para seguir viviendo. Toda la presión que ejercía el mundo, fuera, lejos, en cuanto asomábamos la cabeza y la de varapalos que nos caían en cuanto abríamos la boca.
El lenguaje de sus letras era algo fuera de lo común. No era lírico, ni folk, ni profundo y sin embargo era tan ajustado a la realidad que uno imaginaba a su autor gritando ‘Eureka’ cada vez que terminaba una canción. Su dicción era culta sin ser arrogante, educada y sencilla. Era auténtica.
Tanto es así que todavía no me he recuperado de la impresión que me provocó descubrir ‘la otra verdad’. Recuerdo exactamente el momento en que me contaron que “Between the Bars” no hablaba de lo que yo pensaba que hablaba. Aquí deberán disculparme porque yo siempre he sido una gran ingenua. En mi sentimentalismo, yo creía que quien iba a calmarle la angustia a Elliott Smith era una amante poderosa, o una figura maternal, divina y deliciosa… o la muerte (algo que estaba dispuesta a aceptar por ser una solución clásica, literaria y en el fondo más apropiada.) Qué terrible saber que la letra más hermosa del mundo hablaba de algo tan vulgar como un chute de jaco y tres tragos de whiskey. Me sentí estafada, engañada, dolida, casi furiosa. Tanto que tuve que tomar una decisión radical: pasaba de todo. Mi lectura era más hermosa y ésa era con la que me iba a quedar. Y lo mejor de todo, también era verdadera.
De lo que habla esta letra es de lo inefectivos que resultan los parches emocionales, que sólo cubren los rotos del corazón, sin curar las heridas. Busca pareja, ansiolítico o animal de compañía que todo seguirá ahí. No hay nada que hacer. Nada va a salvarte de ti mismo. No te creas ni una palabra de lo que te dice la dark lady.
Para mi, “Between the Bars” cuenta una historia fascinante. Habla de la mentira, del desdoblamiento, del doppelganger, de la fragmentación del ego y de la necesidad de construirse voces narrativas nuevas. Habla de lo mismo que Sylvia Plath: de cómo cuesta mantener una coraza y una personalidad falsa que nos permita vivir en este mundo y mantener nuestro verdadera identidad a salvo. Algo así como un super-héroe con la auto-estima por los suelos. Algo así como ser joven en los noventa.
Si alguna lección debemos extraer de su historia, es que no debemos pensar que construirse un nuevo yo es menos costoso que arreglar el viejo (como cuando quieres arreglar el ordenador, la tele o el coche y te recomiendan que te compres uno nuevo porque te saldrá más barato.) Aunque parezca más fácil no lo es. Construirse muchos yos tiene un problema: el distanciamiento y la acumulación de versiones de ti mismo (‘people you’ve been before”). Cadáveres en el armario.
Y aún y así, las palabras de Elliott Smith son tan poderosas que uno acaba por creer que alejarse de uno mismo es lo más subversivo que el hombre moderno puede realizar. Ignorar los ataques de la psicología, el psicoanálisis, la auto-ayuda, la familia y el consejo televisivo… y vivir tranquilo ¿Qué puede haber más punk que vivir en los tiempos del todo es posible y el haz lo que te plazca y decidir no hacer nada y desear menos aún?
Between the bars
Drink up, baby, stay up all night
the things you could do, you won't but you might
the potential you'll be, that you'll never see
the promises you'll only make
drink up with me now and forget all about the pressure of days
do what I say and I'll make you okay and drive them away
the images stuck in your head
People you've been before that you don't want around anymore
that push and shove and won't bend to your will
I'll keep them still
Drink up, baby, look at the stars
I'll kiss you again between the bars where I'm seeing you
there with your hands in the air, waiting to finally be caught
Drink up one more time and I'll make you mine
keep you apart deep in my heart separate from the rest
where I like you the best and keep the things you forgot
The people you've been before that you don't want around anymore
that push and shove and won't bend to your will
I'll keep them still
Elliot Smith
Either/Or
Elliott Smith fue el compositor más talentoso de los noventa, con permiso de Kurt Cobain. Nadie como él supo condensar toda la angustia del último fin de siècle y el miedo de una generación despistada y abrumada por un exceso de información. Su ‘Either/Or’ es uno de esos discos terribles que como ‘Five leaves left’ de Nick Drake definen tanto a su autor como a su público. Ser fan de Elliott Smith forja el carácter Con una sinceridad que no hacía concesión alguna a la ironía o al cinismo, el compositor relataba uno a uno todos los problemas (que no eran pocos) a los que debíamos hacer frente la gente sensible para seguir viviendo. Toda la presión que ejercía el mundo, fuera, lejos, en cuanto asomábamos la cabeza y la de varapalos que nos caían en cuanto abríamos la boca.
El lenguaje de sus letras era algo fuera de lo común. No era lírico, ni folk, ni profundo y sin embargo era tan ajustado a la realidad que uno imaginaba a su autor gritando ‘Eureka’ cada vez que terminaba una canción. Su dicción era culta sin ser arrogante, educada y sencilla. Era auténtica.
Tanto es así que todavía no me he recuperado de la impresión que me provocó descubrir ‘la otra verdad’. Recuerdo exactamente el momento en que me contaron que “Between the Bars” no hablaba de lo que yo pensaba que hablaba. Aquí deberán disculparme porque yo siempre he sido una gran ingenua. En mi sentimentalismo, yo creía que quien iba a calmarle la angustia a Elliott Smith era una amante poderosa, o una figura maternal, divina y deliciosa… o la muerte (algo que estaba dispuesta a aceptar por ser una solución clásica, literaria y en el fondo más apropiada.) Qué terrible saber que la letra más hermosa del mundo hablaba de algo tan vulgar como un chute de jaco y tres tragos de whiskey. Me sentí estafada, engañada, dolida, casi furiosa. Tanto que tuve que tomar una decisión radical: pasaba de todo. Mi lectura era más hermosa y ésa era con la que me iba a quedar. Y lo mejor de todo, también era verdadera.
De lo que habla esta letra es de lo inefectivos que resultan los parches emocionales, que sólo cubren los rotos del corazón, sin curar las heridas. Busca pareja, ansiolítico o animal de compañía que todo seguirá ahí. No hay nada que hacer. Nada va a salvarte de ti mismo. No te creas ni una palabra de lo que te dice la dark lady.
Para mi, “Between the Bars” cuenta una historia fascinante. Habla de la mentira, del desdoblamiento, del doppelganger, de la fragmentación del ego y de la necesidad de construirse voces narrativas nuevas. Habla de lo mismo que Sylvia Plath: de cómo cuesta mantener una coraza y una personalidad falsa que nos permita vivir en este mundo y mantener nuestro verdadera identidad a salvo. Algo así como un super-héroe con la auto-estima por los suelos. Algo así como ser joven en los noventa.
Si alguna lección debemos extraer de su historia, es que no debemos pensar que construirse un nuevo yo es menos costoso que arreglar el viejo (como cuando quieres arreglar el ordenador, la tele o el coche y te recomiendan que te compres uno nuevo porque te saldrá más barato.) Aunque parezca más fácil no lo es. Construirse muchos yos tiene un problema: el distanciamiento y la acumulación de versiones de ti mismo (‘people you’ve been before”). Cadáveres en el armario.
Y aún y así, las palabras de Elliott Smith son tan poderosas que uno acaba por creer que alejarse de uno mismo es lo más subversivo que el hombre moderno puede realizar. Ignorar los ataques de la psicología, el psicoanálisis, la auto-ayuda, la familia y el consejo televisivo… y vivir tranquilo ¿Qué puede haber más punk que vivir en los tiempos del todo es posible y el haz lo que te plazca y decidir no hacer nada y desear menos aún?
Between the bars
Drink up, baby, stay up all night
the things you could do, you won't but you might
the potential you'll be, that you'll never see
the promises you'll only make
drink up with me now and forget all about the pressure of days
do what I say and I'll make you okay and drive them away
the images stuck in your head
People you've been before that you don't want around anymore
that push and shove and won't bend to your will
I'll keep them still
Drink up, baby, look at the stars
I'll kiss you again between the bars where I'm seeing you
there with your hands in the air, waiting to finally be caught
Drink up one more time and I'll make you mine
keep you apart deep in my heart separate from the rest
where I like you the best and keep the things you forgot
The people you've been before that you don't want around anymore
that push and shove and won't bend to your will
I'll keep them still
2.10.08
21.9.08
19.9.08
ñam-ñan
La padrina a l'estiu fa cafès amb llet freds amb llet condensada. Boníssims quan hi vas per la tarda després de 'passejar per Reus' i fa aquella calor enganxifosa que no aconsegueixo descriure als meus companys aquí a la office per molt que repeteixi la paraula 'sticky'.
Ara Starbucks uneix Seattle i Reus en el sabor de les begudes de Frappucino Mocha... el mateix gust, exacte, calcat a 1,70$
Ara Starbucks uneix Seattle i Reus en el sabor de les begudes de Frappucino Mocha... el mateix gust, exacte, calcat a 1,70$
17.9.08
GillSans UltraLight
Todos tenemos amigos-influencia. Relaciones personales que, de ser objeto de la crítica musical, serían señaladas como inspiración para tal o cual estrofa de nuestra opereta particular.
En mi caso, la influencia más notable en la estrofa ‘Diseño en Re Menor’ proviene directamente del Sr. Kosa y de su extravagante pasión por todo lo que se puede tocar y/o comprar.
Consumista obsesivo, dictador ideológico, esteticista intransigente y barbudo como el que más, Ladde tenía por costumbre pasar las tardes predicando en el salón de su casa a sus fans más devotos, entre los que me cuento. Su sesión más apoteósica la dio, sin embargo, en Riudoms, al estilo filósofo clásico, bajo una parra, bebiendo vino y escupiendo huesos de aceituna. Entre otras cosas, en esa sesión se habló de la necesidad de dar coherencia al discurso estético de cada uno, y de cómo esto podía servirnos como referencia a la hora de crear (un texto, una canción, una ilustración) bien por afiliación o por rebeldía.
Kosa me ayudó a entender mis ‘inclinaciones estéticas’ y a darles unidad. Con sus larguísimas digresiones aprendí a formar un discurso que diera empaque a mi gusto, no sólo para tener una referencia de lo que ‘hay que hacer’ si no que también para hacer todo lo contrario.
La idea es formar un discurso sólido con el que estar de acuerdo o con el que podamos discutir internamente cuando sea necesario rebelarse contra uno mismo.
Publicado en Go - Septiembre 2008
MI NOVELA AUTOBIOGRÁFICA
Le Mans
En el CD ‘Aquí Vivía Yo’ (Elefant, 1998)
Suelo despertar con una impresión de infelicidad.
Me pregunto si en la realidad sólo hay ilusión,
pero nada más, no hay nada.
No me hace ilusión la vida formal,
la revolución ni el materialismo,
filosofar sobre esta vida y la de allá, ¡qué pesadez!
Suelo despertar con una impresión de infelicidad.
Si pudiera desaparecer esta desazón,
si no fuera más que un mal momento.
No me hace ilusión ir a trabajar
a un gran almacén, ser ingeniera.
Tampoco veo mi vocación en la maternidad, ¡qué pesadez!
Cómo puede ser tanta adversidad estorbada por pasatiempos.
Pocas cosas hay nuevas bajo el sol
y la novedad tampoco es novedad.
No me hace ilusión esto de escribir,
ni de publicar, ser reconocida.
Tampoco ser la guitarrista de un grupo rock, ¡qué pesadez!
La Enciclopedia de la Salud (fascículo 3, capítulo seis) asegura que no se puede estar deprimido y ser cínico a la vez. De hecho, el autor del artículo parece tan convencido de tal afirmación que nos propone un sencillo ejercicio para evaluar el nivel de bajón del paciente: intentar que se ría de sus problemas. Si no lo conseguimos, nos recomiendan que consultemos lo antes posible con un especialista. Si, por lo contrario, el individuo se carcajea hasta de su mala sombra entonces, concluye el autor, es que nuestro supuesto paciente no está verdaderamente enfermo, que sus problemas no son ni tan grandes, ni tan inabarcables. Puede que no se trate de una depresión, si no tan sólo de cierta desazón.
La idea de ‘cazar’ al falso deprimido, aparte de algo indignante, abre un nuevo campo de contenido y connotaciones que sólo un adicto a la letra impresa apreciaría en toda su magnitud. ¿Qué pasa con la tristeza, la pesadumbre, la inmovilidad? ¿Qué pasa con la saudade? Bueno, la enciclopedia no ofrece mejor remedio para tales males que ‘Salir a pasear o tomar un café con un buen amigo’.
Y lo cierto es que, diga lo que diga el fascículo 4 de tan magna obra de referencia, existe un punto intermedio entre el suicidio y la penita. Todos hemos experimentado ese estado singular que no nos impide llevar una vida activa y sin embargo ralentiza cualquier proceso emocional. Teresa Iturrioz, bajista y letrista de Le Mans, lo llamó como si de una novela de Henry James se tratara, ‘una impresión de infelicidad’. Por lo general se rodea de otras características como lentitud, ironía, buenas maneras, rutina, frustración, pereza, nostalgia y ausencia de sonrisas y acostumbramos a sentirla los domingos, el último día de vacaciones y de manera más duradera cuando llevamos más de tres meses sin una cita.
Esta ‘impresión’ constituye el núcleo temático de las canciones del grupo de San Sebastián-
Todas las letras de Le Mans (tontísimas algunas, enormes otras) eran algo tristes, algo raras… No eran depresivas porque se reían de sí mismas utilizando rimas ridículas y, sin embargo, nos dejaban atontados en un rincón como lo haría una ruptura sentimental. Sus puentes de desmesurada altura jugaban con la pena y la risa de un entremés amargo y sólo en ocasiones (en algunos temas de ‘Saudade’ como ‘Lucien’ ) resultaban alarmantemente realistas.
Pero pocos versos son más inspirados que los de ‘Mi Novela Autobiográfica’, con los que supieron ejemplificar mejor que nunca en qué se convertía la tragedia cotidiana. Rozando el ridículo y el absurdo, auto-referencial (‘Tampoco ser la guitarrista de un grupo rock’) y divina (‘¡Qué pesadez!’) el primer single del último disco de estudio de la banda donostiarra contaba la experiencia de toda treintañera soltera del mundo moderno, y por extensión, la de todo recién estrenado adulto perdido en la inmensidad de una gran ciudad. Habla de las pequeñas decepciones que acumulamos a lo largo de nuestros primeros años de vida sentimental, de las frustraciones más diminutas. Habla, en el fondo, de aquello en lo que se convierte la angustia adolescente con el paso del tiempo, ese sentimiento estable e inocuo que llamamos amargura.
Le Mans
En el CD ‘Aquí Vivía Yo’ (Elefant, 1998)
Suelo despertar con una impresión de infelicidad.
Me pregunto si en la realidad sólo hay ilusión,
pero nada más, no hay nada.
No me hace ilusión la vida formal,
la revolución ni el materialismo,
filosofar sobre esta vida y la de allá, ¡qué pesadez!
Suelo despertar con una impresión de infelicidad.
Si pudiera desaparecer esta desazón,
si no fuera más que un mal momento.
No me hace ilusión ir a trabajar
a un gran almacén, ser ingeniera.
Tampoco veo mi vocación en la maternidad, ¡qué pesadez!
Cómo puede ser tanta adversidad estorbada por pasatiempos.
Pocas cosas hay nuevas bajo el sol
y la novedad tampoco es novedad.
No me hace ilusión esto de escribir,
ni de publicar, ser reconocida.
Tampoco ser la guitarrista de un grupo rock, ¡qué pesadez!
La Enciclopedia de la Salud (fascículo 3, capítulo seis) asegura que no se puede estar deprimido y ser cínico a la vez. De hecho, el autor del artículo parece tan convencido de tal afirmación que nos propone un sencillo ejercicio para evaluar el nivel de bajón del paciente: intentar que se ría de sus problemas. Si no lo conseguimos, nos recomiendan que consultemos lo antes posible con un especialista. Si, por lo contrario, el individuo se carcajea hasta de su mala sombra entonces, concluye el autor, es que nuestro supuesto paciente no está verdaderamente enfermo, que sus problemas no son ni tan grandes, ni tan inabarcables. Puede que no se trate de una depresión, si no tan sólo de cierta desazón.
La idea de ‘cazar’ al falso deprimido, aparte de algo indignante, abre un nuevo campo de contenido y connotaciones que sólo un adicto a la letra impresa apreciaría en toda su magnitud. ¿Qué pasa con la tristeza, la pesadumbre, la inmovilidad? ¿Qué pasa con la saudade? Bueno, la enciclopedia no ofrece mejor remedio para tales males que ‘Salir a pasear o tomar un café con un buen amigo’.
Y lo cierto es que, diga lo que diga el fascículo 4 de tan magna obra de referencia, existe un punto intermedio entre el suicidio y la penita. Todos hemos experimentado ese estado singular que no nos impide llevar una vida activa y sin embargo ralentiza cualquier proceso emocional. Teresa Iturrioz, bajista y letrista de Le Mans, lo llamó como si de una novela de Henry James se tratara, ‘una impresión de infelicidad’. Por lo general se rodea de otras características como lentitud, ironía, buenas maneras, rutina, frustración, pereza, nostalgia y ausencia de sonrisas y acostumbramos a sentirla los domingos, el último día de vacaciones y de manera más duradera cuando llevamos más de tres meses sin una cita.
Esta ‘impresión’ constituye el núcleo temático de las canciones del grupo de San Sebastián-
Todas las letras de Le Mans (tontísimas algunas, enormes otras) eran algo tristes, algo raras… No eran depresivas porque se reían de sí mismas utilizando rimas ridículas y, sin embargo, nos dejaban atontados en un rincón como lo haría una ruptura sentimental. Sus puentes de desmesurada altura jugaban con la pena y la risa de un entremés amargo y sólo en ocasiones (en algunos temas de ‘Saudade’ como ‘Lucien’ ) resultaban alarmantemente realistas.
Pero pocos versos son más inspirados que los de ‘Mi Novela Autobiográfica’, con los que supieron ejemplificar mejor que nunca en qué se convertía la tragedia cotidiana. Rozando el ridículo y el absurdo, auto-referencial (‘Tampoco ser la guitarrista de un grupo rock’) y divina (‘¡Qué pesadez!’) el primer single del último disco de estudio de la banda donostiarra contaba la experiencia de toda treintañera soltera del mundo moderno, y por extensión, la de todo recién estrenado adulto perdido en la inmensidad de una gran ciudad. Habla de las pequeñas decepciones que acumulamos a lo largo de nuestros primeros años de vida sentimental, de las frustraciones más diminutas. Habla, en el fondo, de aquello en lo que se convierte la angustia adolescente con el paso del tiempo, ese sentimiento estable e inocuo que llamamos amargura.
the all-consuming self
The story of the relationship between Sigmund Freud and his American nephew, Edward Bernays. Bernays invented the public relations profession in the 1920s and was the first person to take Freud's ideas to manipulate the masses. He showed American corporations how they could make people want things they didn't need by systematically linking mass-produced goods to their unconscious desires.
Bernays was one of the main architects of the modern techniques of mass-consumer persuasion, using every trick in the book, from celebrity endorsement and outrageous PR stunts, to eroticising the motorcar.
His most notorious coup was breaking the taboo on women smoking by persuading them that cigarettes were a symbol of independence and freedom. But Bernays was convinced that this was more than just a way of selling consumer goods. It was a new political idea of how to control the masses. By satisfying the inner irrational desires that his uncle had identified, people could be made happy and thus docile.
Alain de Botton habla sobre las discusiones de pareja en el IKEA
"It's far from trivial to spend a long time arguing over a sofa or a plate. That's because a particular sofa can suggest a whole way of life, an attitude to existence, and it's really the struggle over what's meaningful and worthwhile that lies at the heart of people's disagreements in the aisles of home shops. Of an angular steel-legged sofa by a modern Italian design company like B&B Italia, a man might say, ‘I love this sofa', but really, he is drawn to qualities of order, logic and rationality, which this piece suggests to him. Meanwhile, his wife may kick up a fuss precisely because she hates all the sofa-like sides of her husband – and would love to infuse their marriage with the virtues of calm, sweetness and romanticism that she detects in a contrasting 18th century style chaise longue. The fights that unfold in furniture stores are hence entirely logical: a lot is truly at stake. We shouldn't feel embarrassed about going off someone because of their taste in sofas, or on someone because of their taste in mugs."
En mi caso... el sofá que no eligiría es el que tengo en este momento en casa:
y el que eligiría es este:
En mi caso... el sofá que no eligiría es el que tengo en este momento en casa:
y el que eligiría es este:
15.9.08
Quan era petita (i de gran de vegades, també) la Mulassa me feia moltíssima por. Com que és més lletja que un pecat i completament desproporcionada me feia venir ganes d'apretar a córrer.
Em consolava mirant les sabates amb la rosa de reus dels que la porten i mirava de fer passar l'estona distraient-me amb les flors de pedra de la Casa Navàs.
Ara l'àliga deu fer cangueli als peques.
Em consolava mirant les sabates amb la rosa de reus dels que la porten i mirava de fer passar l'estona distraient-me amb les flors de pedra de la Casa Navàs.
Ara l'àliga deu fer cangueli als peques.
14.9.08
La mayor parte de mis lectores sois gente emocionalmente estable y de indudables capacidades intelectuales, amén de ser los mas guapos de la clase. Así que es posible que lo que me dispongo a enseñaros no os interese lo más mínimo.
Penguin ha abierto hace apenas unos diez días su página de contactos para los literatti del mundo.
Drama asegurado.
Penguin ha abierto hace apenas unos diez días su página de contactos para los literatti del mundo.
Drama asegurado.
13.9.08
Com sabeu els habituals de SCC sóc una fan bastant devota del blog DesignSponge. Hi ha un link a la columna de l'esquerra.
Molts dels meus amics i coneguts del món del disseny i l'interiorisme tenen alguna relació amb aquesta pàgina (la Jill, la Helen Dardik, la Tracey i tot de dissenyadors de paper i postals i demés).
Darrerament em costa una mica mirar-m'ho perque això de viure a un pis que ja està decorat i que és com és i no s'hi pot canviar res doncs... és una mica frustrant.
Val la pena fer-hi una ullada però quan un fa una mica de 'daydreaming'. I la recomano als home owners.
Apa feu-hi una ullada.
Per cert, que fa dies que no passo informe de les Galletes. Avui m'he caigut a la office... passant l'aspiradora. Súper ultra ridícul.
12.9.08
Rocky Votolato (Muy tipo Milo) va a actuar el sábado en la Plaza del Rei en el BAM. El martes 23 los cabezas de cartel The Long Winters harán lo mismo en la Plaza Real junto con Dave Bazan que traerá las canciones nuevas que me hacen llorar cada vez que las escucho.
El viernes Rocky hará un acústico en la FNAC El Triangle a las 20h. Es muy guay cuando va solo con la guitarrita (a mi me gusta más). Si podéis ir al acústico, no os lo perdáis!
myspace.com/rockyvotolato
10.9.08
las perlitas del new yorker
A Mass E-mail
by Amy Ozols September 8, 2008
Dear All
Before I begin, I’d like to apologize for sending a mass e-mail.
I’m writing because I’ve lost my cell phone, and I’d really appreciate it if each of you could reply to this message with your phone number, home address, and any other pertinent information I might need to get in touch with you. I kept all that information in the cell phone that I lost. I never wrote it down on a piece of paper or in a book, or backed it up on a computer, because cell phones are historically quite dependable, and not prone to getting lost or stolen—at least, not where I come from, a place where there is neither crime nor personal failure. I come from Iceland.
I’d also appreciate it if you could send me your e-mail address. I already have your e-mail address, which I’m using to send the e-mail you’re currently reading, but I plan to delete it from my memory after I’ve finished typing, because I really prefer to keep this sort of thing in my cell phone. I find that it frees up my “brain space” for other important things, like meditation and prayer and comparing and contrasting the prices and features of various cell phones.
If it’s not too much trouble, I’d also like to know your birthday, preferably with the year included. This is so I can send you one of those electronic birthday cards. I’ll send it to your e-mail address, which I plan to enter into my future cell phone before subsequently losing it in a public rest room. So, actually, what would be really helpful is if you could let me know your birthday, then wait three weeks, then send me your e-mail address, so that I can store it in my two-phones-in-the-future phone for use on your next birthday. This probably seems like a lot of work, but I want to assure you that it will be well worth it, because your electronic birthday card will feature music, and dancing cartoon animals, and a not insignificant amount of whimsy. It won’t be one of those tacky electronic birthday cards, where there’s a half-naked person holding a cupcake or an elderly person farting on Father Time.
I assume that it goes without saying that I’ll also need your bank-account numbers, and any PIN or routing numbers associated with those accounts. Of course, I will also need your Social Security number. You have correctly guessed that this is for the purpose of large-scale identity theft.
Finally, please send me your pets. Not pictures of your pets. Your actual pets.
In closing, I’d like to reiterate how sorry I am for sending a mass e-mail. I wish I could have contacted each of you in person—it’s been waaaay too long since most of us have hung out! But, as I may have already mentioned, I plan to lose my new cell phone almost immediately after I buy it, so I really look forward to contacting each of you individually when that happens. Even though I have never met any of you.
Very sincerely yours,
The author of this e-mail
*Sent from my iPhone.
by Amy Ozols September 8, 2008
Dear All
Before I begin, I’d like to apologize for sending a mass e-mail.
I’m writing because I’ve lost my cell phone, and I’d really appreciate it if each of you could reply to this message with your phone number, home address, and any other pertinent information I might need to get in touch with you. I kept all that information in the cell phone that I lost. I never wrote it down on a piece of paper or in a book, or backed it up on a computer, because cell phones are historically quite dependable, and not prone to getting lost or stolen—at least, not where I come from, a place where there is neither crime nor personal failure. I come from Iceland.
I’d also appreciate it if you could send me your e-mail address. I already have your e-mail address, which I’m using to send the e-mail you’re currently reading, but I plan to delete it from my memory after I’ve finished typing, because I really prefer to keep this sort of thing in my cell phone. I find that it frees up my “brain space” for other important things, like meditation and prayer and comparing and contrasting the prices and features of various cell phones.
If it’s not too much trouble, I’d also like to know your birthday, preferably with the year included. This is so I can send you one of those electronic birthday cards. I’ll send it to your e-mail address, which I plan to enter into my future cell phone before subsequently losing it in a public rest room. So, actually, what would be really helpful is if you could let me know your birthday, then wait three weeks, then send me your e-mail address, so that I can store it in my two-phones-in-the-future phone for use on your next birthday. This probably seems like a lot of work, but I want to assure you that it will be well worth it, because your electronic birthday card will feature music, and dancing cartoon animals, and a not insignificant amount of whimsy. It won’t be one of those tacky electronic birthday cards, where there’s a half-naked person holding a cupcake or an elderly person farting on Father Time.
I assume that it goes without saying that I’ll also need your bank-account numbers, and any PIN or routing numbers associated with those accounts. Of course, I will also need your Social Security number. You have correctly guessed that this is for the purpose of large-scale identity theft.
Finally, please send me your pets. Not pictures of your pets. Your actual pets.
In closing, I’d like to reiterate how sorry I am for sending a mass e-mail. I wish I could have contacted each of you in person—it’s been waaaay too long since most of us have hung out! But, as I may have already mentioned, I plan to lose my new cell phone almost immediately after I buy it, so I really look forward to contacting each of you individually when that happens. Even though I have never met any of you.
Very sincerely yours,
The author of this e-mail
*Sent from my iPhone.
8.9.08
un post reaccionario
Mi rutina mañanil pasa siempre por leer el periódico por las mañanas. Últimamente, ante la precariedad informativa del Seattle Times he optado por leer las ediciones digitales del País, La Vanguardia, el New York Times y el Guardian. El Guardian lo confieso, siempre lo he leído por internet y sigue divirtiéndome más que ningún otro.
Hoy leía un artículo sobre la gestión del correo electrónico...o mejor dicho, nuestra gestión de la bandeja de entrada, lo compulsivo de responder a los emails a los dos segundos de haberlos leído, a menudo, sin prestar suficiente atención y lo que es peor en algunos casos, obviando la mitad del contenido del mensaje minutos después.
"Breaking the email compulsion. The unpredictable way that useful emails arrive makes checking for them as addictive as slot machines. But you can regain control ..." (en guardian.co.uk)
La facilidad con la que podemos responder a un email resta importancia al contenido del correo al cargar todo el peso en el mecanismo de la pregunta-respuesta ('Te responderé al email más tarde.' '¿Has leído mi mail?' 'Te lo confirmaré por email'). Y, lo que es peor, la facilidad y la inmediatez con la que nos comunicamos termina restando importancia al hecho de que escribir a alguien es pedirle que nos regale algo de su tiempo para prestarnos atención.
- ¿te suena eso de que alguien que tiene un motor de búsqueda en su gmail como todo hijo de vecino te pida que le reenvies un email porque 'lo ha perdido'? ¿o te dice que no tiene una información que le enviaste hace quince días? ¿o se olvida por completo de que te dio un ok por email sin pensárselo?-
Ocurre muy a menudo, por ejemplo, que recibimos un mensaje que no aclara ninguna de las cuestiones por las que preguntamos pero que para el interlocutor ya da el tema por cerrado por que ya 'ha respondido al email'. Que más da que la casa siga por barrer... ya ha 'respondido al email'.
Esto me lleva a pensar que otra de las contre-façons de la comunicación moderna es toda la acción que implica nuestro trabajo es virtual hasta el punto que la mayoría de la gente envía emails pero no 'hace cosas'. De hecho, ocurre que muchos trabajos hoy en día consisten en tener al tanto la correspondencia por lo que cuando se requiere algo de 'actividad' el trabajador se siente fuera de lugar, no reacciona o simplemente, no hace lo que se supone que tiene que hacer.
Esta Navidad voy a regalar 'Social Graces' a todo quisqui.
Hoy leía un artículo sobre la gestión del correo electrónico...o mejor dicho, nuestra gestión de la bandeja de entrada, lo compulsivo de responder a los emails a los dos segundos de haberlos leído, a menudo, sin prestar suficiente atención y lo que es peor en algunos casos, obviando la mitad del contenido del mensaje minutos después.
"Breaking the email compulsion. The unpredictable way that useful emails arrive makes checking for them as addictive as slot machines. But you can regain control ..." (en guardian.co.uk)
La facilidad con la que podemos responder a un email resta importancia al contenido del correo al cargar todo el peso en el mecanismo de la pregunta-respuesta ('Te responderé al email más tarde.' '¿Has leído mi mail?' 'Te lo confirmaré por email'). Y, lo que es peor, la facilidad y la inmediatez con la que nos comunicamos termina restando importancia al hecho de que escribir a alguien es pedirle que nos regale algo de su tiempo para prestarnos atención.
- ¿te suena eso de que alguien que tiene un motor de búsqueda en su gmail como todo hijo de vecino te pida que le reenvies un email porque 'lo ha perdido'? ¿o te dice que no tiene una información que le enviaste hace quince días? ¿o se olvida por completo de que te dio un ok por email sin pensárselo?-
Ocurre muy a menudo, por ejemplo, que recibimos un mensaje que no aclara ninguna de las cuestiones por las que preguntamos pero que para el interlocutor ya da el tema por cerrado por que ya 'ha respondido al email'. Que más da que la casa siga por barrer... ya ha 'respondido al email'.
Esto me lleva a pensar que otra de las contre-façons de la comunicación moderna es toda la acción que implica nuestro trabajo es virtual hasta el punto que la mayoría de la gente envía emails pero no 'hace cosas'. De hecho, ocurre que muchos trabajos hoy en día consisten en tener al tanto la correspondencia por lo que cuando se requiere algo de 'actividad' el trabajador se siente fuera de lugar, no reacciona o simplemente, no hace lo que se supone que tiene que hacer.
Esta Navidad voy a regalar 'Social Graces' a todo quisqui.
4.9.08
Buenos augurios
"Bassas será corresponsal en Washington de TV3
El periodista Antoni Bassas, quien durante catorce años ha estado al frente del programa "El matí de Catalunya Ràdio", líder en la franja matinal radiofónica en Catalunya, se incorporará en la temporada 2009-2010 a TV3 como nuevo corresponsal en Washington (Estados Unidos).
(...)
Antoni Bassas, de 47 años, asumirá la corresponsalía a partir del próximo año, por lo que será el actual enviado especial en Estados Unidos, Albert Elfa, quien se encargará, junto a la periodista Raquel Sans, de realizar la cobertura especial que TV3 dedicará a las elecciones norteamericanas del próximo 8 de noviembre."
(en La Vanguardia.es)
El periodista Antoni Bassas, quien durante catorce años ha estado al frente del programa "El matí de Catalunya Ràdio", líder en la franja matinal radiofónica en Catalunya, se incorporará en la temporada 2009-2010 a TV3 como nuevo corresponsal en Washington (Estados Unidos).
(...)
Antoni Bassas, de 47 años, asumirá la corresponsalía a partir del próximo año, por lo que será el actual enviado especial en Estados Unidos, Albert Elfa, quien se encargará, junto a la periodista Raquel Sans, de realizar la cobertura especial que TV3 dedicará a las elecciones norteamericanas del próximo 8 de noviembre."
(en La Vanguardia.es)
ballerina
Gerard y yo visitamos el Carlsberg en Copenaghe hace unos años y nos quedamos atontados delante de esta bailarina de Degas. Hace unos días me saltaron las lágrimas al verla otra vez en el Met.
"In 1955 the art historian Kenneth Clark was visiting a museum in Copenhagen with Ninette de Valois, the artistic director of the Royal Ballet in Britain and the main architect of its style in the classroom. “How beautiful, “ Clark remarked as they were looking at paintings and statues of dancers by Degas. Soon he became aware of a severe expression on de Valois’s face. Then she said, disapprovingly, “Line!”" (En el NewYorkTimes de esta mañana.)
"In 1955 the art historian Kenneth Clark was visiting a museum in Copenhagen with Ninette de Valois, the artistic director of the Royal Ballet in Britain and the main architect of its style in the classroom. “How beautiful, “ Clark remarked as they were looking at paintings and statues of dancers by Degas. Soon he became aware of a severe expression on de Valois’s face. Then she said, disapprovingly, “Line!”" (En el NewYorkTimes de esta mañana.)
3.9.08
1.9.08
30.8.08
http://seattletimes.nwsource.com/html/dannywestneat/2008003478_danny18.html
Una de les primeres coses que em van ensenyar quan vaig arribar era la casa de l'Edith.
La història de la Sra. Macefield és, si us mireu la foto, ben evident... una senyora gran que es nega a vendre casa seva a una empresa constructora que vol canviar la seva petita illa de cases per un bloc de pisos de ciment i acaba rodejada per parets de quinze metres d'alt.
Em recorda a la Avinguda Dropsie del Will Eisner i a la senyora que va en cadira de rodes i resisteix ocupant-se del seu jardí durant els anys de decadència absoluta del Nova York dels 80. També una mica a Howards End, la veritat.
29.8.08
gallina de piel
27.8.08
24.8.08
charming frightened girls
Desde que tengo uso de razón mis días menos favoritos de la semana son los martes y los jueves, días de piscina y gimnasia manchados eternamente por el recuerdo vago de muchos ¡PLIS! ¡PLAS! ¡PUM! ¡SPLASH!.
Mis días favoritos eran y son los sábados y los lunes. Lo de los lunes no tiene sentido pero lo de los sábados es más fácil de comprender... Para mi tienen un no sé qué activo y feliz inspirado claramente por la calle Monterols y el fer dissabte. Así que ayer, como muchos otros sábados, me levanté pronto, puse una lavadora, ordené mi habitación (en cuenta atrás - el miércoles me instalo en Fremont) y salí a la calle antes de las diez de la mañana.
Como de costumbre, mis planes cambiaron radicalmente tras recibir un par de llamadas telefónicas y abandoné mi frugal deseo de lectura y reflexión por un día de visita turística a... un centro comercial.
El experimento fue cuanto menos productivo y reconozco que saqué la tarjeta de mi billetero... para pagar unos posavasos de 2 dólares en Williams Sonoma. Ehem.
Bueno, lo mejor de la jornada fue pasarse por The Vera Project a ver unos conciertos que hubieran hecho llorar de emoción a Vidal (jander y ruidismo) y una sesión de medianoche en el Egyptian para ver... tachín! tachín! Breakfast at Tiffany's!
Nunca la había visto en una pantalla de cine... aunqué la habré engullido ¿quince veces? Mmmhhh... no espera, quizás dieciséis. Todos los gays del estado de Washington estaban ahí y salimos del cine con las lágrimas puestas y un runrunrun de ver a George Peppard que daba gusto. A mis acompañantes les metí un rollo de veinte minutos en plan cine forum sobre mil detalles absurdos de la peli. Algunos creen que Marilyn Monroe (la elección de Capote para el papel de Holy Golightly) hubiera sido más adecuada al toque putón de la novela. Yo no he leído la novela desde que vi la película por primera vez.
Mejor así.
22.8.08
Trabajo en un sello indie...
Trabajo en un sello indie...
... donde hay muchos discos y pocas manos para llevar a cabo la multitud de tareas ridículas que nos absorben el coco y las fuerzas.
Sin embargo, el exceso de trabajo no nos impide perder el tiempo de manera soberana los jueves por la mañana. La rutina dicta que a eso de las diez nos reunamos todos en un cubículo de la oficina para nuestra reunión de marketing semanal con la agencia en Nueva York al otro lado del teléfono. El objetivo de las reuniones es ponernos al día con los discos, las ventas y las apariciones de las bandas en prensa, radio y televisión.
Son reuniones un poco freaks... Basta comentar que tenemos por costumbre que al final de cada sesión se realice una votación a mano alzada para decidir cuál ha sido la burrada más grande que se ha soltado durante el meeting.
Hoy ha habido empate entre 'añadir un fleco de rasta de Daniel Lorca (Nada Surf) en la edición para coleccionistas de su último disco' y 'los Ra Ra Riot parecen los de Scooby Doo' (burrada que hemos convertido en un chiste interminable cuando Grant ha recortado una foto de los Ra Ra Riot y ha pegado las cabezas de los miembros del grupo en una foto de la Mystery Machine. Lo peor es que lo ha pegado con celo.
Ah, pero tenemos tazas con nuestro logo...
... donde hay muchos discos y pocas manos para llevar a cabo la multitud de tareas ridículas que nos absorben el coco y las fuerzas.
Sin embargo, el exceso de trabajo no nos impide perder el tiempo de manera soberana los jueves por la mañana. La rutina dicta que a eso de las diez nos reunamos todos en un cubículo de la oficina para nuestra reunión de marketing semanal con la agencia en Nueva York al otro lado del teléfono. El objetivo de las reuniones es ponernos al día con los discos, las ventas y las apariciones de las bandas en prensa, radio y televisión.
Son reuniones un poco freaks... Basta comentar que tenemos por costumbre que al final de cada sesión se realice una votación a mano alzada para decidir cuál ha sido la burrada más grande que se ha soltado durante el meeting.
Hoy ha habido empate entre 'añadir un fleco de rasta de Daniel Lorca (Nada Surf) en la edición para coleccionistas de su último disco' y 'los Ra Ra Riot parecen los de Scooby Doo' (burrada que hemos convertido en un chiste interminable cuando Grant ha recortado una foto de los Ra Ra Riot y ha pegado las cabezas de los miembros del grupo en una foto de la Mystery Machine. Lo peor es que lo ha pegado con celo.
Ah, pero tenemos tazas con nuestro logo...
19.8.08
Poseo un culo inquieto y una actitud sentimental frente a la vida.
Cuesta explicar por que el momento más feliz de la semana tiene como protagonistas a un par de pantuflas. Saltar de la cama y aterrizar en un par de mullidas d'espardenyes d'anar per casa de rizo beige ha dibujado la sonrisa más honesta del día en mis labios, de por sí ya muy sonrientes.
El sábado pasé el día de boda tras sufrir un breve desajuste en mi calendario mental que se solucionó con una llamada a tiempo y la compra de unas medias negras de camino a la iglesia.
Así que hasta ayer no me acercaron hasta IKEA.
Reencontrarme con mi casa en un polígono industrial del nordoeste de EEUU no entraba en mis planes pero ahí estaba: mis sillas blancas (un regalo de cumpleaños), mi cómoda de calcetines (otro regalo de cumpleaños), mi cama de hierro, mi escritorio y mi silla de trabajo entre otras de mis (ex)posesiones me esperaban en casa. Sin reproches ni nostalgias ahí estaban mi comedor y mi dormitorio: listos para ser ocupados y vividos... de nuevo.
Muecas de disgusto y cínicos comentarios anti-globalización ¡APARTAROS DE MI CAMINO! Necesito comfort y paz y mi selección habitual en Ikea me la proporciona igual que mi ritual dominguero (Vogue y café y bollito de queso), mi desayuno (pan y kalles y/o yoghurt con special K) o releer las obras completas de Jane Austen cada año. Necesito reconocer mi toalla, mi fiambrera y mi mantita. No poseo un carácter intrépido. Poseo un culo inquieto y una actitud sentimental frente a la vida.
No necesito muebles en mi piso amueblado pero compré cuatro memeces para decorar mi vida y algunos utensilios prácticos de primer orden (pelapatatas).
En otro orden de cosas... me siento ágil mentalmente. Todo empieza a coger un poco de ritmo...
El sábado pasé el día de boda tras sufrir un breve desajuste en mi calendario mental que se solucionó con una llamada a tiempo y la compra de unas medias negras de camino a la iglesia.
Así que hasta ayer no me acercaron hasta IKEA.
Reencontrarme con mi casa en un polígono industrial del nordoeste de EEUU no entraba en mis planes pero ahí estaba: mis sillas blancas (un regalo de cumpleaños), mi cómoda de calcetines (otro regalo de cumpleaños), mi cama de hierro, mi escritorio y mi silla de trabajo entre otras de mis (ex)posesiones me esperaban en casa. Sin reproches ni nostalgias ahí estaban mi comedor y mi dormitorio: listos para ser ocupados y vividos... de nuevo.
Muecas de disgusto y cínicos comentarios anti-globalización ¡APARTAROS DE MI CAMINO! Necesito comfort y paz y mi selección habitual en Ikea me la proporciona igual que mi ritual dominguero (Vogue y café y bollito de queso), mi desayuno (pan y kalles y/o yoghurt con special K) o releer las obras completas de Jane Austen cada año. Necesito reconocer mi toalla, mi fiambrera y mi mantita. No poseo un carácter intrépido. Poseo un culo inquieto y una actitud sentimental frente a la vida.
No necesito muebles en mi piso amueblado pero compré cuatro memeces para decorar mi vida y algunos utensilios prácticos de primer orden (pelapatatas).
En otro orden de cosas... me siento ágil mentalmente. Todo empieza a coger un poco de ritmo...
18.8.08
Braguilandia
Las rupturas dolorosas (todas) son como un toro. Una bola negra, peluda y tan violenta como desconcertada. Tras el combate acostumbran a dejar tras de sí un reguero de sangre y algo de pelusilla (léase DVDs prestados, calcetines robados, notas manuscritas y ropa interior incómoda)
Mis etapas pre-ruptura, es decir, todas mis relaciones hasta la fecha, coinciden siempre con la compra masiva de ropa interior, por lo general muy à la mode y por tanto fáciles de reconocer y ubicar temporalmente cuando abro el cajón de la cómoda. Aquí están las braguitas de mesh estampadas de O, delante de los culottes de encaje de P, al lado los biquinis negros de M… De hecho, lo confieso, sólo compro ropa interior por necesidad cuando planeo enseñársela a alguien. O sea, antes de salir con alguien. Es más, hace dos meses intenté comprar un pack de biquinis de algodón en Oysho sin conseguirlo. Y lo intenté tres veces en una semana. Tengo testigos, no exagero.
Lamentablemente, y puesto que recientemente he inquirido en el gran pecado de los X meses (creerte que mudarte a otro lugar cambiará tu vida sentimental de manera radical), en el momento presente no existe ni pasado ni, ya puestos, cómoda. Guardo mi ropa interior en una maleta, y mi repertorio de foam se ha visto reducido de manera drástica ante la escasez de espacio en la susodicha maleta. La economía de medios y espacio me ha forzado a dejar atrás todo mi pasado erótico. Ahora cuento con apenas una docena de ítems de algodón de colores. Todo es extraño. Nada es familiar.
Mis braguitas amarillas y yo navegamos por un espacio temporal-emocional confuso y, al parecer, no somos las únicas. Basta con tener los ojos bien abiertos para comprobar que los nueve meses post-ruptura son una etapa que no sigue ningún patrón sentimental determinado… Es un auténtico campi-qui-pugui en el que cada uno hace lo que puede, según sus posibilidades. Los que deciden pasar de todo y tapar las heridas con nuevos parches emocionales ya llevan dos meses disfrutando de la carne ajena; los que han optado por seguir llorando presentan eccemas del tamaño de la Península Ibérica en sendos ojetes y los que vamos tirando nos encontramos en ese punto en el que detestamos la idea de morir sin crianza y al mismo tiempo sentimos la más absoluta repugnancia por todo aquello que se asemeje al contacto físico.
Cuando nuestros amigos quieren confortarnos, cuando los desconocidos demuestran interés con entusiasmo, cuando alguien nos da la mano demasiado rato… ah, ya lo noto, es el principio de la mueca que te dejara patidifuso cual vision de Górgona. Es la incomodidad que expreso muy a mi pesar y con todo el cariño del mundo, no vayas a pensar lo contrario querido y muy efusivo amigo mío.
Claro está que cuando una relación acaba lo más normal es pasar por un período de reajuste sentimental en el que lo único que quieres es tirarte todo lo que se mueva (y a veces lo que no se mueve también, a según que horas pillas lo que puedes) y disfrutar de un sexo salvaje y bestial pero a la que acumulas tres malos polvos tu cuerpo se endurece. Tu mente se reblandece. Y es entonces cuando te abrochas todos los botones de la camisa porque tienes frío en lugar de lucir un escote a lo viuda alegre. Por que es que ya estás hasta las narices de ir por ahí intentando parecer más interesante de lo que eres, leñe. Te quieres poner el pijama, leer Calvin&Hobbes y que te dejen tranquila… ¿deprimida? Qué va. Nunca he estado mejor.
Y lo cierto es que no voy a estar mejor. En cuanto esta etapa asexuada pase, dejaré de hablar sola. No trabajaré diez horas al día, ni pasaré las tardes mirando Frasier en youtube o bebiendo sidra con músicos de segunda categoría en bares putrefactos. Pasaran los meses y saldré a dar una vuelta por un barrio extraño. Y conoceré a un cualquiera que me pedirá el número de teléfono. Y pediré hora para depilarme. Y empezaré s a redactar emails de cinco páginas otra vez. Y tiraré el pijama. Y volveré a sentir esa angustia pesadísima que me oprime el corazón cuando no me llaman. Y cenaré al lado de Volunteer Park, me darán la mano y un clon de Colin Firth me besará en la puerta de casa. O algo por el estilo.
En cualquier caso, sea lo que sea, que sea rápido.
La lavadora está ocupada hasta el martes y acabo de ponerme mis últimas braguitas limpias.
Mis etapas pre-ruptura, es decir, todas mis relaciones hasta la fecha, coinciden siempre con la compra masiva de ropa interior, por lo general muy à la mode y por tanto fáciles de reconocer y ubicar temporalmente cuando abro el cajón de la cómoda. Aquí están las braguitas de mesh estampadas de O, delante de los culottes de encaje de P, al lado los biquinis negros de M… De hecho, lo confieso, sólo compro ropa interior por necesidad cuando planeo enseñársela a alguien. O sea, antes de salir con alguien. Es más, hace dos meses intenté comprar un pack de biquinis de algodón en Oysho sin conseguirlo. Y lo intenté tres veces en una semana. Tengo testigos, no exagero.
Lamentablemente, y puesto que recientemente he inquirido en el gran pecado de los X meses (creerte que mudarte a otro lugar cambiará tu vida sentimental de manera radical), en el momento presente no existe ni pasado ni, ya puestos, cómoda. Guardo mi ropa interior en una maleta, y mi repertorio de foam se ha visto reducido de manera drástica ante la escasez de espacio en la susodicha maleta. La economía de medios y espacio me ha forzado a dejar atrás todo mi pasado erótico. Ahora cuento con apenas una docena de ítems de algodón de colores. Todo es extraño. Nada es familiar.
Mis braguitas amarillas y yo navegamos por un espacio temporal-emocional confuso y, al parecer, no somos las únicas. Basta con tener los ojos bien abiertos para comprobar que los nueve meses post-ruptura son una etapa que no sigue ningún patrón sentimental determinado… Es un auténtico campi-qui-pugui en el que cada uno hace lo que puede, según sus posibilidades. Los que deciden pasar de todo y tapar las heridas con nuevos parches emocionales ya llevan dos meses disfrutando de la carne ajena; los que han optado por seguir llorando presentan eccemas del tamaño de la Península Ibérica en sendos ojetes y los que vamos tirando nos encontramos en ese punto en el que detestamos la idea de morir sin crianza y al mismo tiempo sentimos la más absoluta repugnancia por todo aquello que se asemeje al contacto físico.
Cuando nuestros amigos quieren confortarnos, cuando los desconocidos demuestran interés con entusiasmo, cuando alguien nos da la mano demasiado rato… ah, ya lo noto, es el principio de la mueca que te dejara patidifuso cual vision de Górgona. Es la incomodidad que expreso muy a mi pesar y con todo el cariño del mundo, no vayas a pensar lo contrario querido y muy efusivo amigo mío.
Claro está que cuando una relación acaba lo más normal es pasar por un período de reajuste sentimental en el que lo único que quieres es tirarte todo lo que se mueva (y a veces lo que no se mueve también, a según que horas pillas lo que puedes) y disfrutar de un sexo salvaje y bestial pero a la que acumulas tres malos polvos tu cuerpo se endurece. Tu mente se reblandece. Y es entonces cuando te abrochas todos los botones de la camisa porque tienes frío en lugar de lucir un escote a lo viuda alegre. Por que es que ya estás hasta las narices de ir por ahí intentando parecer más interesante de lo que eres, leñe. Te quieres poner el pijama, leer Calvin&Hobbes y que te dejen tranquila… ¿deprimida? Qué va. Nunca he estado mejor.
Y lo cierto es que no voy a estar mejor. En cuanto esta etapa asexuada pase, dejaré de hablar sola. No trabajaré diez horas al día, ni pasaré las tardes mirando Frasier en youtube o bebiendo sidra con músicos de segunda categoría en bares putrefactos. Pasaran los meses y saldré a dar una vuelta por un barrio extraño. Y conoceré a un cualquiera que me pedirá el número de teléfono. Y pediré hora para depilarme. Y empezaré s a redactar emails de cinco páginas otra vez. Y tiraré el pijama. Y volveré a sentir esa angustia pesadísima que me oprime el corazón cuando no me llaman. Y cenaré al lado de Volunteer Park, me darán la mano y un clon de Colin Firth me besará en la puerta de casa. O algo por el estilo.
En cualquier caso, sea lo que sea, que sea rápido.
La lavadora está ocupada hasta el martes y acabo de ponerme mis últimas braguitas limpias.
15.8.08
dinera
Als EEUU tot se pot comprar per catàleg. I quan dic tot, vull dir tot: cucs de pescar, calces, xarop per la tos o bitllets de bus. Fins i tot les taules Lack de l'IKEA s'encarreguen per email.
Aquí cal avisar-vos que jo sóc fan de l'IKEA en plan bèstia: de les que agafa el metro per anar a Montigalà i se sap los noms de tots els models de coberts. O sigui que per mi no hi ha ni punt de comparació, però... guaita, fins i tot jo sóc capaç de veure les avantatges de demanar suec a distància. En particular de l'efecte que pot tenir en les familes desestructurades i les parelles avorrides que decideixen passar el dissabte en un embús a la B20 per a aconseguir un joc de funda nòrdica i un set de fiambreres a 3,99 euros (cost total).
Amb alguns amics tenim aquesta teoria de que si una parella aguanta una visita al GranVIa-L'Hospitalet sense arribar a les mans és per que
1) s'acaben de casar i encara s'estimen
2) tenen un affair i se senten culpables
Només aquests dos escenaris justifiquen la calma i l'auto-control necessaris per no fotre't a cridar al teu 'significant other' quan no tenen el color de la cadira Hemnes que has triat després de vint minuts de dubte i deliberació o quan al passadís E estant 23 només hi ha un dels 'bultos' dels dos que formen el joc de tauletes de nit Trofast.
Que n'hem vist d'escenes de matrimonio a les cues per pagar! I de crits i retrets entre les tovalloles de la secció de bany... no te les acabes! Quants 'Pepe, no te aguanto más'! Gèlids comentaris del tipus 'Agafa el que vulguis, a mi se me'n refot' o 'Ta mare, si vol la paella que se la vingui a buscar ella'.
De fet, es una sort que els jubilats de Reus no tinguin mitjans per arribar a Badalona per que, si no l'estacio de tren estaria buida i els sofas de l'exposició plens de maños observant les trifulques sentimentals dels que necessiten una funda nova pel Ektorp.
Bé, sigui com sigui, i tot que aprecio les virtuts de la compra a distància, per mi anar a l'IKEA segueix sent una activitat de pur oci i quality time... i com que no tinc parella, segueix sent una de les activitats que més disfruto. O sigui que dissabte, quan estigui comprant lo cobrellit que em protegirà del fred extrem de les nits d'estiu a Seattle ni hi pensaré en el catàleg de venda per telèfon que tinc a casa.
Tindran rollitos nórdicos a la cafeteria? Mmmmhh...
Aquí cal avisar-vos que jo sóc fan de l'IKEA en plan bèstia: de les que agafa el metro per anar a Montigalà i se sap los noms de tots els models de coberts. O sigui que per mi no hi ha ni punt de comparació, però... guaita, fins i tot jo sóc capaç de veure les avantatges de demanar suec a distància. En particular de l'efecte que pot tenir en les familes desestructurades i les parelles avorrides que decideixen passar el dissabte en un embús a la B20 per a aconseguir un joc de funda nòrdica i un set de fiambreres a 3,99 euros (cost total).
Amb alguns amics tenim aquesta teoria de que si una parella aguanta una visita al GranVIa-L'Hospitalet sense arribar a les mans és per que
1) s'acaben de casar i encara s'estimen
2) tenen un affair i se senten culpables
Només aquests dos escenaris justifiquen la calma i l'auto-control necessaris per no fotre't a cridar al teu 'significant other' quan no tenen el color de la cadira Hemnes que has triat després de vint minuts de dubte i deliberació o quan al passadís E estant 23 només hi ha un dels 'bultos' dels dos que formen el joc de tauletes de nit Trofast.
Que n'hem vist d'escenes de matrimonio a les cues per pagar! I de crits i retrets entre les tovalloles de la secció de bany... no te les acabes! Quants 'Pepe, no te aguanto más'! Gèlids comentaris del tipus 'Agafa el que vulguis, a mi se me'n refot' o 'Ta mare, si vol la paella que se la vingui a buscar ella'.
De fet, es una sort que els jubilats de Reus no tinguin mitjans per arribar a Badalona per que, si no l'estacio de tren estaria buida i els sofas de l'exposició plens de maños observant les trifulques sentimentals dels que necessiten una funda nova pel Ektorp.
Bé, sigui com sigui, i tot que aprecio les virtuts de la compra a distància, per mi anar a l'IKEA segueix sent una activitat de pur oci i quality time... i com que no tinc parella, segueix sent una de les activitats que més disfruto. O sigui que dissabte, quan estigui comprant lo cobrellit que em protegirà del fred extrem de les nits d'estiu a Seattle ni hi pensaré en el catàleg de venda per telèfon que tinc a casa.
Tindran rollitos nórdicos a la cafeteria? Mmmmhh...
nedant
Ahir em van portar a la 'platja'.
Me van posar un bikini negre on t'hi cabien dues banesses, protecció solar 30 i em van llençar a l'aigua,
Quan me'n vaig adonar estava nedant en aigües fosques, rodejada de patitos (patitos de debó, no de goma) i arbres de 30 metres d'alt. Passats cinc minuts se'm va passar el fred, la por i l'angúnia inicial i vaig començar a xalar molt. Hi havia un trampolí i l'A. va fer entrepans de mantega de cucuet i mel (jo encara prefereixo la nutella però amb mel estava força bó.) Total que m'ho vaig passar pipa.
botiguetes
Seattle és una ciutat complicada, imagino que com moltes altres ciutats americanas, pel fet de ser tan enorme com suburbial
El centre és un desastre de Nordstroms, Macys i un Barneys en miniatura. L’acció és als barris, a les botigues petites i caríssimes de dissenyadors joves, i tota la mandanga habitual a la que a Barcelona estem acostumats.
Hi ha una botiga que m’agrada molt. El primer cop que hi vaig entrar em va recordar molt a Avoca (www.avoca.ie) a Dublín, una d’aquestes botigues on et venen una tassa de tè de ceràmica de Limoges, una llibreta impresa en un tòrcul i un cardigan de color mostassa amb botons de lacqueur, sense canviar de planta.
És diu Anthropologie (www.anthropologie.com). No hi he comprat mai res per que… amics, NO HE COMPRAT RES des que vaig arribar. Tinc una por a gastar que no havia tingut mai abans. Què bé, no? Però m'agrada molt anar a aquesta botiga i mirar les cosetes que tenen i xafardejar. És molt maco! Feu-hi una ullada.
Doncs és evident que m'ha costat una mica posar-me a actualitzar el blog... la meva única excusa és que visc tantes coses i tan extranyes i intenses totes elles, que tot i que de vegades m'enganxo pensant coses com 'això ho podria explicar així o aixà' a l'hora de la veritat no aconsegueixo fer-ne un text mínimament entenedor.
Tinc una carpeta al escriptori del Ibook que es diu 'Blog'. Hi llenço tot de porqueria i notes per redactar després -si tingués temps i ganes m'asseuria a treballar-hi però.. no és el cas.
En general, les coses van prenent una mica de forma, tot i que lo de no poder estar al pis de Fremont fins al setembre és una caca, la veritat és que estic estupendament a Bigelow Ave.
Per cert, he trobat una foto de la casa. Aquí viuré fins al 29 d'agost. És maca i súper còmoda i el barri de Queen Anne m'agrada moltíssim. Ja veurem com serà Fremont. La meva habitacio és la de l'esquerra de la porta vermella. Cuca, no?
No tenir cotxe, ni capacitat de conduir-lo, és una mica problemàtic però no hi puc fer res fins que tingui els papers de resident... l'any que ve! El Rosenfeld em porta a casa desde la oficina molt sovint i la resta del temps agafo el bus. Els busos de Seattle són com els de Reus...i els que sabeu del que us parlo entendreu el meu via crucis diari. La veritat és que tot i que és pesat també em dona l'oportunitat de parlar amb tot de gent amb la que no tindria cap contacte si no. El bus és de fet una boullabaise de 'persones humanes'... fascinant.
Faré una sèrie de històries de bus, va.
18.7.08
kick me hard
Estupendo. Ja ha comencat a fer un temps de merdaaa!! bieeeen!!! Les ballarines, les manoletines, les converse... tot a la bashura!!
He decidit tornar als 90 amb tot l'entusiasme dels primers dies de vino y rosas. Així que m'he posat a mirar on em podria comprar unes kickers com les de la foto per internet i... NO SE POT! De grans si que les venen però el número 34/35 no el tenen. (M'ajudeu a trobar-les? Me n'envieu un parell de rebaixes?)
17.7.08
En otro orden de cosas, las titoles siguen ahí fuera.
Yo paso un poco si el plan es éste...
Momus cuenta la historia de esta foto y la pareja de fotógrafos que aparecen en ella en su blog. Es simpático. Al parecer publicitaron affaires públicamente y ahora se encuentran en plena mega-batalla de mal rollo.
Comenta algo muy gracioso "The male organ, unsheathed, becomes, at last, unthreatening. By keeping it hidden, we keep it scary." Francamente, pocas cosas son menos scary que una tita al aire. De hecho, la mayor parte de las veces sólo dan un poco de risa.
Yo paso un poco si el plan es éste...
Momus cuenta la historia de esta foto y la pareja de fotógrafos que aparecen en ella en su blog. Es simpático. Al parecer publicitaron affaires públicamente y ahora se encuentran en plena mega-batalla de mal rollo.
Comenta algo muy gracioso "The male organ, unsheathed, becomes, at last, unthreatening. By keeping it hidden, we keep it scary." Francamente, pocas cosas son menos scary que una tita al aire. De hecho, la mayor parte de las veces sólo dan un poco de risa.
first impressions
Sigo algo perezosa, aunque tanto ayer como hoy he salido de excursión y he pasado ya algunas horas jugando con mi mapa y probando autobuses por el Downtown y Capitol Hill.
He pasado los últimos dos días dormitando en los sofás de todo el que se me pusiera delante, atacada por una versión extrema de jet-lag benévolo (se supone que es peor a la vuelta) causado en parte por un trayecto previsto de 17 horas que acabó convirtiéndose en un horror de 23 horas interminables debido al infortunio y al over-booking. Se supone que necesito un ciclo de sueño más para superar el desajuste, pero estoy muy debilucha así que no me extrañaría que tardara algo más.
Las circunstancias han querido que me disponga a pasar los próximos cuatro días en la granja a mis anchas, puesto que mi hostalero ha salido unos días de viaje.
El plan, lejos de resultar inconveniente, me parece de lo más brillante. Pocas cosas son más vergonzosas que andar hecha unos zorros ante los ojos de aquellos que queremos que nos vean en perfecta forma. Nuestras personas favoritas son guays, pero su presencia puede resultar algo estresante cuando uno se encuentra bajo presión.
Es por ese mismo motivo, y por que en el fondo, estoy haciendo lo que estoy recibiendo por lo que el plan se desarrollara de inmediato. Yo también intimido y hago que mi hostalero se sienta demasiado ‘self-conscious’, por lo que la semana que viene me mudaré al apartamento del centro. Lo cierto es que nos distraemos en exceso con tanta cháchara y tanto reflexionar y profetizar y decir sandeces. Así no hay quien escriba. Así no hay quien componga canciones. Así no hay quien se gane el pan.
Total, que en este momento soy una mujer liberada, tras acordar tácita pero explícitamente con el hostalero y con el otro amigo al que también estoy distrayendo (que tiene que acabar su disco antes de que termine el verano también) que nos emplazamos a reencontrarnos en un festín de horas libres en un par de semanitas. Andamos tan emocionados con la perspectiva de tener días de vacaciones que entre los tres ya hemos preparado una excursión al norte del estado y un poco de monguilismo por el sur a mediados de mes.
Eso es, en parte, por que las primeras semanas de trabajo en Seattle van a ser super relajadas obligada por la corporación a tomármelo con calma al principio.
Todo bien. Sigo sin cámara pero ya tengo móvil. Ilustro el post de hoy con una foto robada del restaurante donde he ‘cenado’ bien acompañada. Se llama Le Pichet, aunque yo disfruto más llamándolo de otro modo. Los americanos son graciosos cuando quieren ser sofisticados. No lo hacen mal, de hecho, diría que lo hacen mejor que nosotros, sólo es que… bueno, no puedo evitar pensar en ‘Les Frêres Heureux’, el restaurante de los Crane. Ja m’enteneu.
He pasado los últimos dos días dormitando en los sofás de todo el que se me pusiera delante, atacada por una versión extrema de jet-lag benévolo (se supone que es peor a la vuelta) causado en parte por un trayecto previsto de 17 horas que acabó convirtiéndose en un horror de 23 horas interminables debido al infortunio y al over-booking. Se supone que necesito un ciclo de sueño más para superar el desajuste, pero estoy muy debilucha así que no me extrañaría que tardara algo más.
Las circunstancias han querido que me disponga a pasar los próximos cuatro días en la granja a mis anchas, puesto que mi hostalero ha salido unos días de viaje.
El plan, lejos de resultar inconveniente, me parece de lo más brillante. Pocas cosas son más vergonzosas que andar hecha unos zorros ante los ojos de aquellos que queremos que nos vean en perfecta forma. Nuestras personas favoritas son guays, pero su presencia puede resultar algo estresante cuando uno se encuentra bajo presión.
Es por ese mismo motivo, y por que en el fondo, estoy haciendo lo que estoy recibiendo por lo que el plan se desarrollara de inmediato. Yo también intimido y hago que mi hostalero se sienta demasiado ‘self-conscious’, por lo que la semana que viene me mudaré al apartamento del centro. Lo cierto es que nos distraemos en exceso con tanta cháchara y tanto reflexionar y profetizar y decir sandeces. Así no hay quien escriba. Así no hay quien componga canciones. Así no hay quien se gane el pan.
Total, que en este momento soy una mujer liberada, tras acordar tácita pero explícitamente con el hostalero y con el otro amigo al que también estoy distrayendo (que tiene que acabar su disco antes de que termine el verano también) que nos emplazamos a reencontrarnos en un festín de horas libres en un par de semanitas. Andamos tan emocionados con la perspectiva de tener días de vacaciones que entre los tres ya hemos preparado una excursión al norte del estado y un poco de monguilismo por el sur a mediados de mes.
Eso es, en parte, por que las primeras semanas de trabajo en Seattle van a ser super relajadas obligada por la corporación a tomármelo con calma al principio.
Todo bien. Sigo sin cámara pero ya tengo móvil. Ilustro el post de hoy con una foto robada del restaurante donde he ‘cenado’ bien acompañada. Se llama Le Pichet, aunque yo disfruto más llamándolo de otro modo. Los americanos son graciosos cuando quieren ser sofisticados. No lo hacen mal, de hecho, diría que lo hacen mejor que nosotros, sólo es que… bueno, no puedo evitar pensar en ‘Les Frêres Heureux’, el restaurante de los Crane. Ja m’enteneu.
6.7.08
2.7.08
da real thing
Bread&Butter puede ser la gran experiencia de tu vida en cuanto a caza de merchandising se trata, pero la moda no lo es todo en la vida. Sobre todo cuando aprieta el estómago y las monedas hacen dring-dring en el bolsillo.
¿Necesitas un respiro de tanto flyer y algodón lavado? Sigue nuestra guía de locales y tiendas de Barcelona y disfruta de un recorrido cargado de sorpresas.
En una de las calles más bonitas de la ciudad medieval se encuentra Caelum. Este local minúsculo y blanquísimo hará las delicias de los que espera la explosión de sabor que puede provocar un simple tocinillo de cielo. Sí, has leído bien. Aquí la cosa va de pastelitos celestiales y galletas con poderes curativos.
Una dosis de decrepitud, un toque de puro decadentismo y buena comida hacen del Habana el punto de referencia de los gastro-connaisseurs de la ciudad condal. Aquí se viene a hacer el bohemio, en el sentido más clásico de la expresión.
Cerca del recinto donde se celebra el Bread&Butter se encuentra uno de los grandes desconocidos de la gastronomía barcelonesa, Quimet&Quimet. Desconocido pero no por ello menos popular, claro está. En esta bodega diminuta se agolpan los verdaderos montaditos de autor, preparados al momento por manos expertas cuya rapidez dejan embobado al que mira.
Por fin desembarca en España la gran marca de moda ‘casual’ de nuestro tiempo: American Apparel. Con una flagship store en el corazón de Barcelona y con toda su colección de ediciones especiales a tu disposición, ya no tienes excusa para no emular a la última modernez musical, Duloks. Ya sabes, cálzate calcetines largos, la muñequera y una cinta para el pelo de rizo gris. Por suerte, una mano experta ha creado las planchas GHD que te permitirán estar perfecta después de tamaña desfachatez fashion. Aunque te de la risa y te revuelvas el pelo como una pirada.
Campari hasta en las lámparas que cuelgan del techo oscuro y el punto de Starck en cada detalle. ¿Un cóctel? Negroni es perfecto. El negro como telón de fondo. Sinatra de BSO. Una copa de Martini en su mano izquierda. Un toque de canela en tu white russian… ¿te vas haciendo a la idea? Aprende lo que es sofisticación en el templo del cool barcelonés. Y plánchate el flequillo, que aquí hay que venir tan estiloso como se pueda.
Ginger es uno de esos sempiternos clásicos que nadie conoce, un bar en el barrio medieval, justo detrás de la iglesia de Sant Sever. Vinos y queso amenizan largas conversaciones entre los miembros de la ‘intelligentsia’ de la ciudad. Sí, al Ginger se va a conversar, a disgresar y a postularse. Por qué de vez en cuando también hay que subir la ceja.
Si de indie se trata, una visita a Puku Bar parece ser indispensable. La selección de vinos brilla en la enorme pizarra sobre la barra y John Vanderslice y Sigur Rós te amenizaran la charla desde los altavoces. Emplazado en uno de los locales más celebrados de los setenta y ochenta, este bar con aspecto de antiguo almacén deleitará a tus visitas internacionales.
Cuesta creer que aún te quede cuerpo para ir de compras, pero parece que así es. Pásate por Du Dua y aprende el verdadero significado de la expresión ‘do-it-yourself’. Amén de sus archifamosas piezas de ganchillo (pastelitos, cactus y mil monguiladas más), tienen una selección de camisetas y tote bags que se convertirán sin lugar a dudas en tu uniforme de festival musical.
Si, pasado el arrebato indie, crees que debes apostar por el negro y lo sofisticado, una visita al Taller-Estudio Delgado Buil puede alegrarte el día. La tienda-taller, dirigida por las incombustibles Anna Figuera Delgado y Macarena Ramos Buil, presenta su última colección ‘hermanos bunker hermanas yates’ en un entorno preciosista y mágico. Puro hedonismo hecho gasto.
Direcciones
Taller Delgado-Buil calle Lledó 4-6. T. 93 200 19 44
Du-dua calle Rossic 6. T. 93 315 04 01
L’Havanna calle Lleó 1. T. 93 302 21 06
Caelum calle La Palla 5. T. 93 302 69 93
Negroni calle Joaquin Costa 46
American Apparel Carrer Avinyo 7 BIS. T. 93 301 26 32
Puku calle Guilleries 10. T. 93 601 32 37
Quimet & Quimet calle Poeta Cabanyes 25. T. 93 442 31 42
Ginger calle Palma de Sant Just 1. T.933105309
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